Las aguas siguen revueltas en el Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig, unas diferencias que quedaron patentes y evidentes ayer durante el pleno del mes de febrero. Media hora fue necesaria para despachar los asuntos ordinarios del pleno, de nuevo con muy poca gestión municipal, mientras que las mociones y los ruegos y preguntas requirieron más de cuatro horas. Durante una hora todos los partidos y los dos concejales no adscritos estuvieron discutiendo sobre cuatro mociones que dejaron patente las enormes diferencias en asuntos como la educación e incluso la forma de afrontar el modo de protestar en los casos de violencia de género, que a partir de ahora mantendrán la lectura del manifiesto pero ya no contarán con un minuto de silencio. PP y Ciudadanos presentaron sendas propuestas sobre el modelo lingüístico del nuevo decreto de la Generalitat en el que querían instar al Consell a «no discriminar» a los alumnos al considerar que el modelo que opta por el valenciano es premiado, una propuesta que no salió adelante. Y otra moción del cuatripartito con medidas para declarar «oficialmente la no admisión de las agresiones sexistas en el municipio a través de señalización en los accesos a la población», entre otras.

El propio alcalde, Jesús Villar, apremió a reducir el debate al termino de lo que prácticamente fueron discusiones durante una hora en asuntos que no afectan directamente a los sanvicenteros y como llamada de atención a futuras intervenciones.

De nuevo el pabellón salió a la palestra. Las preguntas del PP obligaron a pronunciarse a los implicados. La concejal de Urbanismo, Mariló Jordá, reconoció no estar de acuerdo con el coste previsto en el proyecto de 6,5 millones de euros. En esa línea, tanto Sí Se Puede como Compromís condicionaron el apoyo a este proyecto a que no afecte al resto de proyectos de los presupuestos participativos. El cuatripartito se reúne hoy para tratar el que ya se ha convertido en un tema con polémica. Es tal la división en este tema que el propio concejal de Deportes, José Luis Lorenzo, reconoció que no prevé que la primera piedra pueda ponerse en 2018 como estaba previsto. Y acusó a Jordá de mentir al decir que otros proyectos estaban siendo condicionados y criticó que no hay suelo para ellos.

El contrato sin contrato

Por otra parte, el alcalde anunció que desde el lunes 20 ya existe un contrato de alumbrado público del que carecía el Ayuntamiento. Y ello a raíz de la pregunta del edil popular Antonio Carbonell, quien desde hace dos meses ha querido conocer qué fórmula jurídica se ha utilizado para realizar el servicio sin contrato. «No ha habido fórmula jurídica, se han ido pagando las facturas conforme han llegado», respondía el alcalde.