Malos olores e insectos propios del ganado en sus propias casas. Varias familias de la zona del Camino de la Sendera llevan tiempo quejándose al Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig de la instalación ganadera que hay próxima a sus casas, en algunos casos anexa a ellas y alertan de que con la futura ampliación de 13.000 metros cuadrados va a ser peor. «Sufrimos malos olores y moscas de los caballos, y ahora sólo hay 30 caballos. Cuando sopla el viento para nuestras casas no podemos vivir y tenemos que cerrarlo todo y encerrarnos », lamenta Nuria Tébar, cuya vivienda está junto al complejo equino. «En el Ayuntamiento dicen que la instalación está cuidada, pero este verano mi casa parecía una cuadra. No podíamos vivir», y lamenta que esta situación le genera mucha impotencia y teme caer en una depresión.

El origen de su problema es una yeguada que ahora ha solicitado la ampliación de las instalaciones y que tendrá permiso para albergar hasta 150 caballos. Al conocerlo, los residentes han puesto el grito en el cielo y le exigen al Consistorio que se ponga de su parte y no permita dicha ampliación ya que, adviertan de que el pasado verano no podían abrir las ventanas de sus viviendas por el olor que llegaba a ellas y afirman de que los insectos que tienen en sus casas son los propios de los caballos. «No nos pican, nos muerden»,cuenta Martín Portugués, uno de los residentes más activos contra la instalación y cuya casa está contigua.

25 años en su vivienda

«Vivo aquí casi 25 años y el Ayuntamiento no tiene en cuenta de que aquí vivimos personas y les están dando más prioridad a los animales. Los olores son insoportables, y por la noche huele aún más», cuenta el vecino, que señala que la instalación está rodeada de casas en suelo rústico pero también con calificación de urbano como la urbanización Los Ras Pas y el Colegio San Raimundo de Peñafort también está próximo. Y alerta de que son muchos los insectos aparejados a los equinos que les afectan directamente.

Desde el Ayuntamiento, los servicios técnicos explican que la yeguada está en suelo rústico y puede ejercer dicha actividad. Y añaden que además, cumple con todos los parámetros que obliga a tener las cuadras a cierta distancia y medidas de la recogida de residuos de los animales que se colocan en contenedores. Advierten de que el problema es que los vecinos también se encuentran en suelo rústico. «Sus casas están en suelo rústico y la instalación está en ese suelo cuyo uso característico es el agrícola y ganadero », apuntan fuentes técnicas. En concreto, esta instalación es un criadero de caballos.

Llegar a un entendimiento

La concejal de Urbanismo, Mariló Jordá, explica que desde el Ayuntamiento han tratado de lograr que haya un entendimiento y y se han propiciado reuniones a tres bandas. «Estamos atados porque la actividad como ubicación en ese espacio es legal y cuenta con todos los permisos de la Conselleria de Agricultura», contaba la edil,quien señala que su papel es vigilar que la actividad mantenga todas las medidas sanitarias.

En urgencias por picaduras

Los vecinos insisten en que el hecho de vivir en suelo rústico no debe ser el motivo por el que el Ayuntamiento no les tenga en cuenta. Y alertan de que tanto los olores como las picaduras les afectan físicamente. Ángeles Pastor señala que este verano su nieta de 17 meses tuvo que ser atendida en urgencias a causa de picaduras de moscas. «En el campo siempre ha habido moscas, pero estas son propias de los animales», explica. Y Portugués añade que temen sufrir picaduras de garrapatas.