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Cultura baraja declarar BIC el fortín ibero arrasado por una excavadora en El Campello

La Conselleria estudia proteger Aigües Baixes como Bien de Interés Cultural tras constatar que los daños sufridos en 2014 son recuperables

Imagen de los sondeos del año pasado que revelaron que los daños son superficiales. información

La Conselleria de Cultura está estudiando declarar los restos del fortín ibero de Aigües Baixes, en El Campello, como Bien de Interés Cultural (BIC), tras constatar los sondeos realizados hace un año que los daños son recuperables. Este enclave fue arrasado por una excavadora en 2014, cuando se estaba tramitando su protección como BIC, lo que llevó a archivar este proceso al considerar que el yacimiento había sido destruido por completo, algo que después se ha verificado que no fue así, y que sus daños sólo fueron superficiales y reversibles.

Precisamente la investigación de la Guardia Civil apuntaba a que el objetivo del autor o autores de esta agresión al patrimonio arqueológico era evitar su declaración como BIC, lo que conllevaría una mayor protección para esta zona y su entorno, así como mayores obligaciones para su dueño, y en el proceso judicial fueron imputadas dos personas cuya identidad no ha trascendido. Además, se desconoce la suerte que ha seguido este tema en los tribunales.

Desde la Conselleria de Cultura explicaron a este medio que la comisión técnica que valora con criterios objetivos las declaraciones de Bienes de Interés Cultural tiene sobre la mesa el yacimiento de El Campello, y se está a la espera de una decisión. Esta podría ser declarar el enclave de Aigües Baixes como BIC, o bien que se quedara como Bien de Relevancia Local (BLR), protección de la que goza desde 2003 aunque habría que actualizar con los nuevos hallazgos.

En cuanto a una posible expropiación, desde la Generalitat señalaron que esa cuestión en todo caso sería competencia del Ayuntamiento, agregando que no tienen previsto realizar más sondeos porque con los realizados ya se tiene suficiente información.

Tal y como ha venido informando este medio, las prospecciones arqueológicas realizadas en el verano de 2013 sobre el yacimiento, que ya estaba catalogado desde su localización en 2003 aunque se desconocía su verdadera envergadura, pusieron de manifiesto su gran valor, al descubrirse que se trataba de los restos de un destacado fortín de hace 2.500 años, cuando fue un enclave relevante para el Mediterráneo occidental, manifestándose su importancia tanto histórica como cultural.

Los investigadores, liderados por la profesora de Arqueología de la Universidad de Alicante (UA) Feliciana Sala y otros especialistas, realizaron un minucioso estudio del yacimiento con la autorización del propietario del terreno y lo escanearon en 3D para que fuera posible una reconstrucción, aunque quedaron partes relevantes por excavar. Después se cubrieron los muros con una malla geotextil para su protección y se inició el proceso para declarar el fortín como BIC.

Pero a principios de 2014 una excavadora lo arrasó, destruyéndolo casi por completo, al menos en apariencia. Esto llevó a que se rechazara finalmente su declaración como BIC, pese a solicitarlo también el pleno municipal, aduciendo la Conselleria, entonces aún bajo gobierno del PP, que estaba ya destruido. Y todo a pesar de que la propia Generalitat estaba a la espera de realizar sondeos para valorar los daños, y que había tenido que recurrir a los tribunales para que el dueño lo autorizase.

Finalmente a finales de 2015 se efectuaron nuevas catas que constataron que los daños solo fueron superficiales y que posiblemente queden restos relevantes aún por descubrir en el subsuelo.

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