Ciudadanos se desintegra y se fagocita en San Vicente del Raspeig donde logró 3.458 votos y una representación de tres concejales. La agrupación local ha ido perdiendo a sus afiliados descontentos con la forma de actuar, y con la poca actividad que demuestran una vez pasadas las elecciones quienes querían cambiar San Vicente. Es un secreto a voces que existe una profunda división en el grupo municipal en la que está por un lado el portavoz, Serafín Serrano, y los concejales Alejandro Navarro, y María del Mar Ramos. Y en el pleno del pasado jueves quedó al descubierto la fractura que existe. Era un poema la cara del portavoz, Serafín Serrano, escuchando a su concejal Alejandro Navarro, pedir un receso para consultar con el PP el sentido de su voto. ¡Con el PP! Su sorpresa fue mayúscula, y las del resto de miembros de la corporación que no daban crédito a lo que escuchaban. Serrano no sabía dónde meterse. Dos lecturas tenían aquellas palabras, un evidente ninguneo a su persona, a pesar de ser el portavoz del grupo municipal; y la dependencia ideológica que Ciudadanos tiene con otra formación de ideología conservadora a la que necesita para orientar sus decisiones. El portavoz se niega a ser la «marca blanca» del PP, pero sus compañeros evidencian que necesitan una orientación ideológica. Y faltaba la edil Ramos afirmando en el pleno que no tiene tiempo para preparar mociones ni trabajar bien los asuntos municipales porque no está en el Ayuntamiento ya que tiene otro trabajo. Entonces, ¿para qué se presentaron?
