La Policía Local confirma que el índice de robos y asaltos en el abandonado IES Lloixa ha disminuido en los últimos meses. Sin embargo, las llamadas de los vecinos, alertados en mitad de la noche por los ruidos, han sido constantes durante años. Los ladrones saltaban los muros y robaban, primero el mobiliario, incluso el material de laboratorio, que también dejaron abandonado. Después puertas, el aluminio de las ventanas, y el preciado cobre de los cables de la luz, cuando llegó la crisis.