EU vuelve a llevar las molestias e insalubridad que genera la planta de residuos de El Campello ante la Unión Europea. El objetivo es que se abra una investigación sobre la toxicidad de sus emisiones y la gestión de los residuos.

La eurodiputada de IU, Paloma López, junto con el diputado de EUPV en el Congreso de los Diputados Ricardo Sixto, y la diputada provincial Raquel Pérez, que también es edil de El Campello, mantuvieron ayer una reunión con varios miembros de la Asociación de Afectados del Vertedero de Les Canyades para tratar los graves problemas que dicha planta genera a los vecinos de la zona desde su puesta en marcha en 2009.

La eurodiputada se comprometió a presentar una pregunta al Parlamento Europeo para saber si realmente se hizo un informe de impacto medioambiental y si dicho vertedero cumple con los requisitos establecidos para este tipo de actividad, así como si son conocedores del incremento de casos de personas que han enfermado en los últimos años, desarrollando algunas de ellas sensibilidades químicas, según explicaron ayer desde esta formación de izquierda en un comunicado.

De esta manera, tal y como ya hizo el mismo año de su puesta en funcionamiento el que fuera europarlamentario de IU, Willy Meyer, EUPV vuelve a pedir a Bruselas que «investigue qué sucede con la gestión de los residuos y la posible contaminación que los mismos están causando debido a las emisiones gaseosas que generan malos olores y molestias a los vecinos, sin olvidarse de los vertidos de lixiviados y que en el mes de febrero de este mismo año provocaron la aparición de charcas negras localizadas», aunque según manifestó en su momento el Ayuntamiento las analíticas realizadas descartaron que esas charcas fueran de un vertido tóxico.

Hay que recordar que ahora, a diferencia de hace seis años cuando EU llevó este tema a Bruselas, existe una base mucho más firme que acredita estos problemas, ya que se disponen de diversos estudios e informes sobre las emisiones contaminantes del vertedero que han llevado a que incluso la Generalitat acabe de aprobar una modificación de oficio de la Autorización Ambiental Integrada para reforzar los controles e implementar mejoras para atajar de una vez por todas los malos olores.

López recordó ayer que «esta planta está envuelta en polémica desde el primer momento tanto por su ubicación demasiado cerca de las viviendas y su localización entre dos barrancos, como por sus características de "macrovertedero", ya que da servicio a 52 municipios, algunos de ellos núcleos de población grandes como Benidorm o Dénia». A todo ello, «hay que añadir que se adjudicó a FCC por 20 años con una tecnología que estaba obsoleta ya el día de su inauguración, con una clara carencia de personal y con unas molestias constantes que se agravan para los residentes de la zona norte de El Campello, durante la época estival, cuando se llegan a recibir hasta 1.000 toneladas diarias en la planta».