La prolongación de la línea 2 del Tram por San Vicente del Raspeig se ha convertido en un objeto de controversias. La principal sorprendida ha sido la concejal de Urbanismo, Mariló Jordá, quien durante el debate del pasado viernes con entidades del municipio descubrió que ninguna se oponía a la prolongación.

La edil, que hasta ahora defendía que la inversión es excesivamente elevada para que se pueda desarrollar, más de 25 millones de euros, y que considera que los vecinos no quieren esta infraestructura, reconoce ahora que va a sentarse con la oposición para concretar las condiciones de la prolongación hacia la zona norte.

Y esa misma oposición, la del grupo municipal popular, le recrimina que la edil niegue que no se ha eliminado la prolongación del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS.) Tanto el PP en la oposición como su socio de gobierno, el PSOE, le acusan de tratar de rectificar ahora y decir que nunca se ha eliminado del PMUS este trazado.

El PSOE ha presentado alegaciones en las que pide eliminar el párrafo que reza: «La posible prolongación de esta infraestructura estará supeditada a las directrices que la conselleria competente en materia de transporte establezca para este servicio, de acuerdo además con los conclusiones de la estrategia comarcal/metropolitana de movilidad, actualmente en desarrollo y estudio», por una apuesta firme por el paso del tranvía por Ancha de Castelar.

La edil negó ayer haber eliminado la prolongación. «Lo que se han quitado son los planos de sección de la prolongación, que son una continuación de lo que ha pasado a la entrada del pueblo, donde las afecciones son terribles». Jordá critica que no hay accesibilidad ni se puede cruzar la calle porque el Tram se sustenta en una plataforma separada con un bordillo. Y advierte que continuar ese modelo sería un error.