El ruido constante que provoca el paso de vehículos por la estrecha calle Pintor Picasso, en el centro tradicional de San Vicente del Raspeig, ha motivado su conversión en zona 20. Desde ayer, de la limitación de circulación a 30 kilómetros por hora se pasa a una velocidad obligatoria de 20 kilómetros. Y todo para evitar en lo posible el ruido que provocan los neumáticos contra el pavimento, losetas que han resultado muy molestas a vecinos y comerciantes que son quienes se han quejado. El área de Seguridad trata con la reducción de velocidad de aminorar el impacto acústico. «Al rebajar la velocidad, queremos conseguir que se reduzca el molesto ruido del que se viene quejando desde hace tiempo», declaró la edil María Isabel Martínez. v. m.