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San Vicente del Raspeig

El joven mago que triunfa en Cataluña

A los 7 años se inició en la magia y ha hecho de ella su carrera profesional a pesar de su juventud

El Mago Álvaro con el primer premio del concurso. información

La culpa de que Álvaro Tormos Álvaro Tormosse dedique a la magia fue de un accidente. Con 7 años tocaba el saxofón pero se rompió un dedo y tuvo que dejarlo. Entonces la magia se cruzó en su camino y se quedó para siempre. «El día de mi comunión vino un mago a mi fiesta y a partir de ahí empezó a interesarme este mundo», explicaba el joven que el 17 de septiembre logró el primer premio Magos Jóvenes del Concurso Nacional de Magia celebrado en Manresa (Barcelona). «Había mucho nivel y no fue sencillo ser el ganador», admite. El premio consistió en 200 euros y actuar en la Gala Internacional de Magia que se celebra también en la ciudad catalana, y que le ha incentivado en su carrera. «En San Vicente soy muy conocido, en Barcelona también, y ahora empiezo a serlo en otras muchas ciudades», explica orgulloso.

Se dedica profesionalmente a la magia desde los 12 años y aspira a poder «vivir del bonito mundo del arte». Acaba de cerrar un contrato con una cadena de hoteles y su agenda de bolos está repleta. El Mago Álvaro lo tiene claro: «Te puedes dedicar a lo que quieras si luchas por ello», y lo dice sin olvidarse de su familia que «es el pilar fundamental de cualquier artista». Tormos ensaya tres veces a la semana porque la magia «tiene más de práctica que de teoría» confiesa, y añade «busco ser original y ser yo mismo».

La magia de Álvaro es para todos los públicos. Reconoce que trabaja más cómodo con público adulto, pero le gusta la espontaneidad de los niños. «En un espectáculo, un niño lloraba porque creía que le había cortado la mano a su madre y tuvimos que parar el espectáculo hasta consolarlo».

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