Las malas hierba, maleza y los restos de construcciones campan a sus anchas entre trampas casi invisibles como la que le costó un buen susto a un joven vecino del barrio del Tubo. La zona a la que accedió el niño de 14 años que el lunes sufrió un accidente al colarse en el interior de un agujero de siete metros es una selva dentro de un entorno industrial abandonado, conocido como la antigua fábrica de azufre. Se dan las peores condiciones de dejadez y lo peor es que está a la vista y al alcance de cualquiera que quiera acceder.

El agujero en el que cayó el chico quedó después del rescate tapado con unos tablones y unas piedras y balizado por una valla que la Policía Local de San Vicente dejó en los dos agujeros que encontró en la zona. Pero el Ayuntamiento exige una solución segura y definitiva para que no vuelva a ocurrir. Tras el accidente que motivó el rescate del chaval por parte de los bomberos del Consorcio, la Concejalía de Urbanismo envió ayer a la empresa propietaria del suelo un requerimiento en el que exige que tome las medidas para evitar que el accidente vuelva a repetirse. «A la vista del riesgo para la seguridad de las personas que supone el estado de conservación de la parcela e inmuebles» el Ayuntamiento exige al propietario que de manera inminente cierre los pozos de manera estable, para evitar el riesgo de nuevas caídas.

También le urge para que selle el acceso a la vivienda, que está semiderruida y cuyo techo amenaza con derrumbarse de un momento a otro, y ello para evitar que nadie se cuele en el interior, como es evidente que ocurre a tenor de las pintadas que tiene. Y le insta, bien a realizar los trabajos de rehabilitación de la vivienda o a demolerla.

A la vez, Urbanismo exige la limpieza y el desbroce de la parcela que ocupa 50.000 metros cuadrados de la partida Inmediaciones, junto al barrio de El Tubo, cuenta con un edificio industrial de 9.200 metros y una casa construida en 1940 que actualmente está abandonada, semiderruida, llena de escombros por dentro y también por los alrededores y con pintadas.

La concejal de Urbanismo, Mariló Jordá, se acercó en la mañana de ayer hasta la parcela para comprobar de primera mano el estado en el que se encontraba y reconoce que la Concejalía realiza de forma constante requerimientos a los propietarios para que adecenten sus parcelas.

Jordá reconoce que si la empresa no toma las medidas para que la zona resulte segura encargará a la brigada municipal que realice el sellado de los pozos «y luego se le pasará la factura». El Ayuntamiento tomará las medidas de forma subsidiaria «para evitar que este accidente se vuelva a repetir».

El chico de 14 años se cayó mientras deambulaba por la finca junto a otra niña que fue quien dio la voz de alarma y permitió la localización del joven que fue rescatado sólo con unos rasguños.