Cámaras de vigilancia ocultas entre los árboles para tratar de «cazar» a los furtivos que han puesto al borde de la desaparición a los ciervos en La Carrasqueta. Particulares que tienen sus fincas en esta montaña xixonenca no les ha quedado otra opción que colocar estos dispositivos para intentar frenar el exterminio del venado y salvar así este regalo de la naturaleza.

Durante estos días tiene lugar la berrea, un espectáculo único en la provincia que se puede disfrutar en La Carrasqueta, pero que parece tener sus días contados. Precisamente es en esta época de celo cuando más vulnerables son los machos, ya que sus berridos delatan su posición y son blanco fácil para los cazadores furtivos. Por ello, desde colectivos conservacionistas reclaman la máxima colaboración ciudadana para avisar al 112 si alguien ve algún vehículo sospechoso en la zona, ante la falta de vigilancia por parte de las administraciones.

Decenas de personas acuden por la noche durante estos días para asistir a la berrea, y esta presencia cada vez mayor año tras año hace que la impune acción de los furtivos sea más difícil. Pero entidades como la Asociación Defensora de los Herbívoros (Adhif) denuncian la inacción de las administraciones, ya que aseguran por ejemplo que se mantienen los mismo cargos de responsabilidad en la Conselleria de Medio Ambiente y la misma política que cuando gobernaba el PP, y que hay «barra libre» para la caza, tanto por la falta de medidas para evitar la acción de los furtivos en épocas en las que está prohibida la caza, como es la época de apareamiento, como después para dar de forma indiscriminada permisos de caza a pesar de estar la especie al borde de su desaparición en La Carrasqueta, según el presidente de Adhif, Raymundo Montero.

Por ello, parece que está ya sólo en manos de los dueños de fincas privadas y en los amantes de la naturaleza que acuden para disfrutar de la berrea el evitar su exterminio y avisar de la presencia de furtivos, pese a que la mayor parte de terrenos por donde campan los ciervos son públicos.

Dispositivos invisibles

Con la instalación de las citadas cámaras, los propietarios de fincas tratan de desenmascarar a los furtivos que acechan La Carrasqueta. Se trata de dispositivos camuflados entre los pinos, algunos de ellos conectados con el teléfono del dueño o con el de la empresas de seguridad, lo que permite saber al instante si pasa por su radio de visión alguna persona o animal, o si alguien intenta robarlas. Las cámaras por la noche, cuando suelen actuar los furtivos, son imposibles de ver, ya que hacen fotos sin necesidad de flash ni emiten sonido alguno, por lo que se convierten en las grandes aliadas no sólo de los ciervos, sino también de muflones y arruís, también seriamente amenazados. Y todo a pesar de contribuir estos herbívoros a mantener limpios los bosques y evitar así incendios forestales.

Hay que recordar que tanto Adhif como el Ayuntamiento de Xixona han reclamado más vigilancia para evitar el exterminio del venado, aunque sin aparente éxito. Hace un año el pleno municipal aprobó una moción de Compromís en la que se instaba a la Generalitat a adoptar medidas contra los furtivos.

Pero sus fechorías siguen causando bajas en La Carrasqueta, donde se estima que pueden quedar apenas media docena de machos, que son los trofeos buscados por los furtivos por sus cornamentas. El pasado año fueron localizados varios ciervos decapitados en La Carrasqueta, y la pasada primavera se encontró una cierva que estaba a punto de parir muerta de un disparo en la cabeza, hecho este por el que abrió una investigación la Conselleria de Medio Ambiente. Además, hace dos años se encontraron dos arruís a punto de nacer, arrancados del vientre de su madre tras acabar con su vida los furtivos. Escenas dantescas que siguen repitiéndose en este paraje natural sin que nadie ponga freno, único lugar donde se puede disfrutar de la berrea de ciervos en libertad, al margen de algunas grandes fincas de particulares que están valladas.

Quién sabe si la berrea que tiene lugar este año será la última de la que se pueda disfrutar en La Carrasqueta. Carpe diem.