Problemas con la calidad de la arena a dragar de la bocana del puerto de El Campello bloquean por el momento el proyecto de regeneración de la playa del Carrerlamar. La intención de Costas era aprovechar el necesario dragado de la bocana para usar esa arena en la misma playa, tal y como anunció el Ayuntamiento hace ahora un año. Pero la analítica realizada por el Club Náutico sobre la calidad de esa arena el pasado mes de julio complica la medida, aunque se está a la espera de realizar una nueva prueba, según señalaron fuentes municipales.
El fracaso del arrecife artificial colocado en 2003 en el Carrerlamar, cuando se regeneró esta playa y pasó de una zona de piedras a un amplio arenal, obliga a que sea necesaria una regeneración parcial. Costas se había comprometido con el Ayuntamiento a ampliar la estrecha lengua de playa que queda entre la Penyeta y el primer espigón con arena del fondo de la bocana del puerto, en el Clot de l'Illot. Precisamente la dinámica marina y el fracaso del sistema experimental que se colocó hace 13 años ha hecho que la arena se haya trasladado al Clot de l'Illot, cuya zona de playa ha ido creciendo notablemente junto al contradique del puerto hasta casi llegar a la bocana. Eso también ha hecho que la bocana se haya colmatado más rápidamente, y por ello se prevé dragar esa zona próximamente, posiblemente en 2017, para evitar problemas y que pueda seguir el puerto con su normal funcionamiento, como hasta ahora.
El obstáculo es que para Costas la calidad de esa arena no es suficiente. En cambio, desde el Club Náutico señalaron a este medio que los criterios de calidad que impone Costas son demasiado elevados para este caso, ya que señalan que en otros lugares son más flexibles y si tuvieran que atenerse todos a lo que se está pidiendo en El Campello no se podría usar prácticamente ninguna arena.
Por ello, ahora en septiembre se quieren realizar nuevas pruebas y hablar con Costas para tratar de desbloquear esta situación. Lo que es inevitable es que se acometa el dragado, lo que falta por saber es si lo podrá aprovechar el arenal.
El Carrerlamar cambió completamente su fisonomía hace ya 13 años, dejando atrás la imagen de estrecha playa de piedras para convertirse en un cotizado gran arenal. La regeneración se acometió entre los años 2001 y 2003, con una inversión de 3,7 millones de euros por parte del Ministerio de Medio Ambiente. En total se aportaron 400.000 metros cúbicos de arena y se amplió entre 40 y 60 metros la anchura de la playa, incluyendo además la construcción de tres nuevos espigones para proteger el litoral de los temporales y evitar la pérdida de arena.
Precisamente para reducir la migración de arena, el proyecto incluyó un novedoso arrecife artificial que no ha funcionado y que ha acabado desparramado por el fondo marino. Este arrecife se desplegó meses después de que se estabilizara la regeneración y estaba compuesto de 21 piezas de 21 toneladas cada una, dispuestas bajo el agua como barrera de contención para la arena. Pero este sistema experimental americano fracasó en su primer y último intento en la Península Ibérica. Los bloques se instalaron a unos tres metros de profundidad, en la bahía entre el Puerto y el primer espigón, ya que se sabía que era la zona más problemática, y así ha sido.
La dinámica marina ha burlado este arrecife de 300 metros y ha ido arrastrando la arena desde la parte central de la playa hacia el contradique del puerto y su bocana. Desde el aire se puede ver que las piezas están desperdigadas sin ningún orden, prueba evidente del fracaso de este proyecto.
