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La Generalitat paraliza de forma cautelar el derribo de la antigua fábrica de Antiu Xixona

La Conselleria estudia la denuncia de una asociación cultural que advierte del valor del inmueble

El derribo de la factoría se mantiene paralizado hasta que la Generalitat resuelva el tema. j. a. r.

La Conselleria de Cultura mantiene paralizada la demolición de la antigua fábrica de Antiu Xixona, cuyo derribo se inició en mayo por motivos de seguridad. Se trata de una medida cautelar hasta que los técnicos dictaminen sobre el valor arquitectónico e histórico del inmueble, tras presentar la asociación Seixona Ancestral un escrito ante el Consistorio y la Generalitat en el que pedía detener la demolición y reclamaba su conservación.

La paralización se decretó hace unas semanas y el Ayuntamiento espera que en los próximos días la Conselleria levante la medida cautelar y permita finalizar su derribo. La alcaldesa Isabel López señaló que el técnico de la Generalitat que inspeccionó el inmueble tras decretarse la paralización les adelantó que no veía motivos para no reanudar la demolición y que realizaría el informe para tratar de agilizar el levantamiento de la suspensión, aunque oficialmente aún no se tiene comunicación alguna.

Desde el Consistorio explicaron que antes de paralizar los trabajos, un técnico de la Conselleria quiso visitar el inmueble pero no pudo al estar esos días realizándose los trabajos autorizados por la Generalitat de retirada de la cubierta de fibrocemento. Estas labores son muy delicadas por la presencia de amianto y no puede haber nadie en las instalaciones al margen de los operarios de la empresa especializada en su retirada, por lo que el funcionario no fue finalmente y se decretó desde la Conselleria la paralización cautelar hasta poder visitar el inmueble y verificar su valor.

El problema ha sido que en el mes de agosto la actividad de la administración autonómica es mínima y no se ha recibido el informe, por lo que el Ayuntamiento espera con la llegada de septiembre una resolución definitiva que permita seguir con el derribo.

Hay que recordar que la mercantil dueña de la antigua factoría, Sercolesa, cuenta con la pertinente licencia de demolición y en mayo inició la labores previas de derribo con el vaciado del interior de la fábrica, y en julio acometió la retirada de la cubierta, paso previo al derribo del resto de la estructura, que está en estado de ruina.

Esta plataforma cultural de reciente creación solicitó la suspensión del derribo el pasado mes de junio, reclamando su declaración como Bien de Relevancia Local. Seixona Ancestral advirtió en sus escritos de la gran importancia arquitectónica, etnológica, histórica y cultural de la antigua factoría, denunciando que «el Ayuntamiento tiene la obligación de proteger el patrimonio de Xixona». Esta plataforma pedía mantener las fachadas del inmueble, situado la entrada al casco urbano desde Alcoy, así como la caldera, como ejemplo del sector industrial que se desarrolló a principios del siglo XX, de cuando data la factoría.

Por su parte la mercantil ha presentado un escrito tras la paralización en el que recuerda que la demolición se lleva a cabo por motivos de seguridad y a petición del Consistorio, y que se reserva su derecho a reclamar por esta medida que considera carece de base. Lo que sí debe conservar la empresa, a petición del Ayuntamiento, es la chimenea industrial que queda en su extremo norte y que fue levantada en 1962, por su valor patrimonial y ejemplo del sector.

Hay que recordar que el PGOU de 1986 contempla la construcción de viviendas en la antigua factoría de Antiu Xixona, donde esta firma cesó su actividad en 1964 aunque se siguieron fabricando otros dulces, helados e incluso juguetes hasta los años 90. Esta recalificación fue generalizada para las fábricas que había en el casco urbano, para incentivar su traslado del casco urbano a los polígonos por los problemas de generaban, sobre todo por el tráfico de vehículos pesados. Eso sí, por ahora la promotora no prevé levantar el centenar de viviendas que se proyectan allí por la situación económica actual, por lo que la actuación se limita a derribar el inmueble y dejar limpio el solar, que podría usarse como aparcamiento municipal para eventos especiales como la Feria de Navidad.

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