La victoria de la Media Luna fue ayer atronadora en Xixona. El ensordecedor Alardo sacudió por la tarde los cimientos de la fortaleza cristiana y envolvió la villa turronera bajo una niebla de humo y pólvora que escupían los arcabuces de ambos bandos, tras la que se abrió paso la vibrante Embajada del Moro que finalizó con la capitulación de las huestes cruzadas.

De nada sirvió la incorporación de Contrabandistas y Pirates-Marinos a la defensa del castillo, aceptada a regañadientes por la mañana por los cristianos durante sus respectivas embajadas. Poco antes de anochecer, la Media Luna ya reinaba ayer en la atalaya de Xixona.

De esta forma la localidad completó ayer su segunda jornada de la Trilogía Festera, que tenía previsto como colofón anoche la siempre divertida Retreta a partir de las 23.00 horas.

El día arrancó con la primera Embajada, en la que los Contrabandistes ofrecieron su apoyo a los cristianos ante el inminente ataque de las tropas musulmanas. Acto seguido tuvo lugar la Embajada de los Pirates-Marinos, que este año ostentan la capitanía de los cruzados y que, con su habitual tono satírico, solicitó igualmente su incorporación al ejército de la Cruz para defender la plaza. Los cristianos aceptaron ambos ofrecimientos pese a su inicial rechazo.

Por la tarde llegaron Els Trons de El Alardo, en el que ambos bandos combatieron con sus arcabuces en La Plaça, obligando los musulmanes a retroceder y refugiarse a los cristianos en el Castillo, siguiendo a continuación la Embajada del Moro que certificó la derrota cruzada con el enfrentamiento dialéctico.

Centenario

La Trilogía Festera se cierra hoy con la reconquista del bando de la Cruz, con el Alardo (17.00 horas) seguido de la Embajada del Cristiano (20.00). Pero antes, a primera hora de la mañana, se celebrará un acto clave para facilitar la victoria cruzada, que constituye además un elemento distintivo y emblemático de las celebraciones que cumple este año un siglo de existencia. Se trata del singular Juicio Sumarísimo al Moro Traidor, cuyo origen se sitúa entre 1916 y 1919, y que se representará a partir de las 9.30 horas. En este acto se juzga, ejecuta y entierra a un musulmán que se ha pasado al bando contrario tras enamorarse de una cristiana, facilitando además información sobre una entrada secreta a los enemigos. Hoy la traición, convertida en tradición, cumple 100 años.