A pesar de los 80 años transcurridos, la memoria ha permanecido intacta. En el jardín de la Finca Pedro José, tras bajar unos peldaños, derribar una pequeña pared, girar a la izquierda y descender hasta 8 metros de profundidad, han encontrado un túnel abovedado tapiado. La entrada a uno de los refugios antiaéreos de la Guerra CivilGuerra Civil (1936-1939), de Sant Joan d'Alacant.
Justo el lugar que señalaron doña Carmen Ivorra y doña Rafaela Baeza, la dueña y una de las hijas de la casera de confianza, de la Finca Pedro José, como la entrada al refugio antiaéreo que los militares republicanos construyeron en la actual sede del Juzgado de Paz. El segundo escondite está en la Casa del Reloj, y existe un tercero, en el subsuelo del colegio del Cristo de la Paz, de mayores dimensiones.
Verónica Quiles, la arqueóloga, antropóloga y directora de la excavación, de la empresa Calidoscopi; y la concejala de Cultura, Clara Rodríguez, han vivido el momento junto a su equipo, el arquitecto del proyecto y los tres operarios de la brigada municipal de obras, con las emociones a flor de piel. Y es que, el hallazgo «ha superado las expectativas porque es una obra de ingeniería militar muy bien elaborada, con una anchura de túnel de 70 cm, y hasta cableado eléctrico, aunque estrecho, porque los refugios públicos tenían hasta 1,40 m de anchura».
La excavación comenzó el pasado lunes y el viernes fue cuando se obtuvo este primer éxito. Hasta el momento, la intervención arqueológica se ha centrado en el vaciado manual y de estratos, encontrando los escombros que utilizaron para tapiar la puerta del refugio hace cuarenta años.
El misterio envuelve el trabajo de campo, es un misterio descubrir hasta dónde llegará el túnel, y también los enseres que todavía pueda contener. Hasta ahora, se han encontrado restos de objetos cotidianos mezclados con los escombros. Piezas de cerámica, algunos soportes del cableado de la luz, y pedazos de madera que podrían pertenecer a una puerta.
Verónica Quiles destacó como muy sorprendente «el que la construcción sea un refugio tipo túnel con una entrada y una salida que siguen la fachada, porque se trata de una finca del siglo XIX, los militares que lo construyeron tuvieron que profundizar mucho para no tocar los cimientos de la vivienda principal».
El empeño de la edil de Cultura por la recuperación de la memoria histórica, «por poner en valor el patrimonio de todas las épocas, para seguir avanzando», se ha visto ahora recompensado al descubrir la entrada del refugio. Su próximo reto será abrirlo al público, «realizando una pequeña inversión para que pueda visitarse como un museo, con efectos sonoros y luminosos que permitan revivir las intensas emociones que allí se experimentaban durante los bombardeos».
La arqueóloga de Calidoscopi ha realizado una intensa investigación etnográfica para localizar los refugios, gracias a la colaboración de los santjoaners que vivieron aquella época y que todavía a día de hoy la recuerdan emocionados. El municipio no fue objetivo de ningún ataque aéreo, pero según los testimonios recabados por la investigación, se oían los bombardeos de Alicante demasiado cercanos y amenazantes. Por eso, parece probable que existan otros refugios antiaéreos repartidos por las fincas privadas de Sant Joan, aunque sus secretos, de momento, todavía permanecerán escondidos.
