Familiares, amigos y vecinos de San Vicente del Raspeig se reunieron ayer en una cafetería de la plaza de España para animar al atleta local Dani Andújar, el primer sanvicentero que acude a unos Juegos Olímpicos.

Más de medio centenar de personas esperaban nerviosas el debut del joven de 22 años, que lleva practicando atletismo desde los ocho años y cuyo sueño era disputar unos Juegos Olímpicos. Un sueño que ayer cumplió cuando disputó la carrera de 800 metros.

Los asistentes vivieron los minutos previos a la competición con nervios, sobre todo cuando Televisión Española cambió la conexión para ofrecer la entrega de medallas de remo. Una situación que provocó que los nervios se transformasen en enfado. Por suerte, internet casi siempre tiene la respuesta y, a través de la red, pudo verse al fin la carrera.

Durante la competición no dejaron de escucharse en el local palabras de apoyo y gritos de «¡vamos campeón!». Una frase que también decoraba las camisetas de los familiares de Dani Andújar.

Pero no pudo ser. El gran esfuerzo que hizo el atleta, la remontada final con la que casi se mete tercero y el apoyo de todos sus seres queridos no fueron suficientes para que Andújar se colase en las semifinales de los 800 metros.

El joven sanvicentero alcanzó la meta en cuarta posición, una milésima después que el atleta argelino, que fue tercero. Sin embargo, toda su familia, con lágrimas en los ojos, relataban lo orgullosos que se están de Andújar. «Ahora él estará fastidiado, pero yo estoy muy orgullosa. Ha luchado mucho. Tuvo que dejar los estudios porque su sueño era llegar a Río y lo ha conseguido», comentó emocionada Julia Ponce, la madre de Andújar.