La Entrada Mora de San Vicente del Raspeig colgó el cartel de completo. Las diez comparsas del bando de la media luna pusieron en escena un espectáculo en el que participaron unas 2.000 personas. Les acompañaban una treintena de bandas de música que atronaron San Vicente y llenaron de alegría la calle Alicante y Ancha de Castelar por donde discurrió el desfile que vieron miles de vecinos, visitantes y muchos festeros de otras poblaciones. Todos los ojos estaban puestos en la capitanía de los Moros Viejos que prometía tras la Entrada Infantil de la mañana. El capitán, Juan Reig, nacido en Petrer, iba acompañado por amigos y también por las filas Yaiza y Magrebíes de Petrer, a quienes agradeció su acompañamiento, sobre todo porque allí se celebraba ayer su Día de la Bandera.

Un grupo de percusión anunciaba a los Moros Viejos y tras la filada de los niños, ochenta músico de la asociación musical l'Avanç de El Campello hicieron vibrar a festeros y espectadores con sus marchas moras. A la vez, un grupo de festeros de la comparsa Moros Viejos de Villena llamaba la atención por su característica forma de desfilar, haciendo formación y entonando gritos que lograron arrancar el aplauso y las sonrisas del público. Tras la carroza en la que una bailarina escenificaba la danza del vientre dentro de una urna de cristal, unos arcos mudéjares anunciaban la carroza del capitán y la abanderada y de los cargos infantiles. Todos rebosaban emoción en sus saludos al público que a su paso les aplaudía.

En el palco de la Federación de Moros y Cristianos Ber-Largas, su presidente, Ismael García, tal y como hizo un día antes con la capitanía cristiana, entregó una rosa blanca a las abanderadas, María Ascensión Zaballos y la niña Alba Rodríguez. «No hay palabras para describir lo que se siente», declaró al terminar su desfile el capitán, emocionado y agradecido por el apoyo de su comparsa. Y la abanderada añadía el recuerdo imborrable que supuso el momento del arranque del desfile, con los miembros de la comparsa y las filadas que llegadas de otros municipios les arropaban.

La banda La Primitiva de Alcoy seguía a los capitanes tocando L'entrà dels moros, una marcha que durante muchas décadas sólo podía interpretarse en Alcoy, contaba el presidente de Ber-Largas. Y un segundo después el secretario, Eloy Domenech, señalaba a uno de los cabos que dirigía la filada y contaba: «Sebastián Sánchez es el único festero fundador que queda en activo». Y en el palco de los festeros disfrutaba del espectáculo Bartolomé Navalón, «uno de los precursores de los Moros y Cristianos de San Vicente», quien ya no desfila. La capitanía necesitó cuarenta minutos para desfilar desde el arranque hasta que las marchas moras de la Sociedad Musical La Esperanza de San Vicente pusieron el broche.

A continuación desfilaron los Moros Nuevos sabedores de que su papel el año que viene será ocupar la capitanía. Con ellos desfilaba el embajador cristiano, Vicente Ortega, el capitán moro del 2017. Tras ellos la comparsa Los Pacos con su peculiar desfilar. Y a continuación Tuareg, Abbasires, Almorávides, Benimerines, Negros Filà Caballo Loco, Negros Zulúes y por último, la comparsa los Marroc's que desfiló arropando a su alférez Rafael Mira y la favorita, su hija Alba. Un año más San Vicente se rindió a su fiesta e hizo triunfar a la media luna.