Los cristianos tomaron ayer las calles de San Vicente del Raspeig ante miles de personas entregadas al espectáculo en el que brillaron los ballets que encandilaron a los vecinos y visitantes. El municipio se volcó con sus Moros y Cristianos que celebraban el acto más importante para los festeros, la Entrada. Es la ocasión para lucir sus mejores galas, moverse al ritmo de la música cristiana y saludar con ceremonia al público elevando las armas propias de cada comparsa, espada, navaja, maza o látigo al cielo como muestra de orgullo. Además, el desfile de ayer demostró que la continuidad está servida con la numerosa participación infantil y las carrozas en las que viajaban incluso bebés de escasos meses con las galas de sus comparsas cristianas.

Ni el frío intenso que se coló durante la tarde-noche, ni el partido de fútbol Barcelona-Real Madrid, hizo mermar la asistencia de público. En esta ocasión los cristianos le han dado la vuelta a las cifras y son más numerosos que los componentes de bando moro. Entorno a 2.000 personas según reconocía el presidente de la Federación Asociación de Comparsas Ber-Largas, Ismael García Pastor, desfilaron ayer, entre comparsistas, músicos, bailarinas y boatos. El desfile contó con cuarenta agrupaciones musicales y numerosos y originales ballets que lograron darle ritmo y espectacularidad a la Entrada. La capitanía, ostentada este año por los Estudiantes, fue acompañada por seis bandas de música. Espectaculares fueron las carrozas con forma de galeón en las que viajaban los capitanes adultos e infantiles, acompañadas por un ballet que simulaba las olas del mar. Los Estudiantes contaron con la participación de su comparsa homóloga de Elda y al frente su cabo Rubén Alfaro, el alcalde del municipio.

Tras acabar el desfile, la emoción, la ilusión y la alegría se pintaba en los rostros del capitán, José Miguel Saiz, y la abanderada, Cristina Bastante. «Hemos tenido unas sensaciones espectaculares viendo la cara de la gente cómo animaba y aplaudía», decía el capitán; mientras que la abanderada destacaba que «la comparsa ha disfrutado muchísimo y nosotros también. Es mucho trabajo y esto es la recompensa», resumía aún llena de emoción en el palco de Ber-Largas donde recibían felicitaciones. Representantes de la Undef y de asociaciones de Moros y Cristianos de municipios como Mutxamel, El Campello o Calpe, asistieron al espectáculo desde ese palco donde aplaudieron a los participantes. A escasos metros, el palco de autoridades acogía a representantes del cuatripartito con la presidencia del alcalde, Jesús Villar, vestido con el traje de los Astures, su comparsa, que destacó la gran cantidad de personas y la alegría y el colorido en las calles en el primer gran acto de las fiestas tras el pregón del viernes.

Visigodos, Astures, Navarros, Contrabandistas, Almogàvers, Maseros, Nómadas y Templarios desfilaron con orgullo para mostrar su poderío. Y cerró el desfile la alferecía ostentada por los Cristians, que es además la comparsa más numerosa con 400 componentes. Once bandas acompañaban a los Cristians que encandilaron con su espectáculo en el que no faltaron los caballos, las luchas de espadas, los ballets e incluso un coro. La Entrada Cristiana rebosó alegría e imaginación y da paso a la Entrada Mora que hoy a la seis volverá a llevar la fantasía a San Vicente.