Como si un huracán hubiera pasado por el edificio arrancando ventanas y puertas y tirando todo a su paso. Destruyendo y eliminando cualquier vestigio de dignidad. Así es como está actualmente el antiguo Instituto de Educación Secundaria Lloixa de Sant Joan d'Alacant que se cerró en 2006 y cuyo objetivo era buscarle «pronto» un uso nuevo. Entrar es como hacerlo en un edificio bombardeado o zarandeado por un terremoto. Y donde se comprueba con tristeza que las aulas que un día sirvieron para formar, enseñar y desarrollar a mejores personas han sido invadidas por otra clase de seres que lo han despojado de cualquier atisbo de dignidad pasada y han actuado dentro con instintos incivilizados.
El último desastre, un incendio en un aula del segundo piso donde se descubre una barbacoa colocada junto a la pared que parece haber sido el origen del fuego.
Ninguna pared se libra de las pintadas hechas de todos los colores y con todo tipo de mensajes. Ninguna ventana conserva su marco y mucho menos sus cristales que crujen bajo los pies de quienes se adentran en el inmueble a cada paso que da. Hay trabajos estudiantiles repartidos por el suelo y libros de texto. En el patio de luces, además de vegetación salvaje hay una palmera derribada que ha sufrido también un incendio.
El centro se cerró en el año 2006 con buena parte del mobiliario escolar y también mucha documentación ahora desparramada. Los muebles están destrozados. No se conserva ni una sola mesa en pie. Y los encerados que aún quedan en las aulas están inservibles porque las pintadas no son de tiza sino hechas con spray indeleble.
Las escaleras no conservan ninguno de los pasamanos que tuvieron. Se han arrancado tuberías y cables de la luz. Cualquier cosa que pudiera reutilizarse ya no está en el centro.
4.500 metros cuadrados
El Lloixa es un edificio de 4.500 metros cuadrados rodeado de zonas verdes y de un patio y zona deportiva abandonados donde podrían sin duda rodarse buenas escenas de la serie de zombis «The Walking Dead» porque los escenarios son ideales.
La entrada es un preludio desagradable que no da idea de que lo peor del edificio está por venir. La vegetación ha crecido a su antojo. Y los pinos que rodean al centro están plagados de procesionaria. Los vecinos de la urbanización contigua se han quejado porque temen que alguna de las bolsas caiga sobre sus zonas comunes y el Ayuntamiento de Sant Joan anuncia que va a poner remedio. El acceso al centro por la planta baja está tapiado, pero no hay obstáculos. Dos grandes agujeros permiten la entrada al gimnasio, donde las espalderas están tiradas por el suelo y alguna sirve de escalera.
El alcalde de Sant Joan, Jaime Albero, que como cientos de santjoaners y vecinos de Mutxamel, estudió en el instituto, admite su tristeza al ver su antiguo centro en esas condiciones. Reconoce que el edificio necesita una rehabilitación integral. Y hace hincapié en que, a pesar de los destrozos, la estructura no está afectada, por lo que el inmueble se puede recuperar para un uso educativo o cultural. Y señala que también la Conselleria de Educación ha mostrado su interés en recuperar el inmueble. Ahora el primer edil espera que los responsables de la Conselleria descubran por sí mismos el estado de degradación al que ha llegado el centro por estar cerrado en una próxima visita que le han asegurado que se va a hacer.
Rehabilitación integral
«Es necesaria una rehabilitación integral sobre todo de tabiquería, conducción eléctrica, de agua y gas, la carpintería de aluminio y de madera que es lo que han destrozado. Lo llevamos reivindicando desde el mismo 2006 en que se cerró», advierte. «Tiene muchas posibilidades porque la estructura está bien y aguanta. Son 4.500 metros cuadrados entre sus tres plantas y podría albergar un montón de servicios. Es un edificio de la conselleria que la anterior Administración dejó perder y se plantea desde una escuela taller hasta un centro de FP o un tema relacionado con las artes escénicas porque da muchísimo juego». Todo para que el centro recupere la docencia y abandone la indecencia.
