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San Vicente del Raspeig

Helados con sabor a plata

El artesano Mario Masià, xixonenc residente en San Vicente, subcampeón mundial de heladería

Helados con sabor a plata

Casi 35 años de oficio. Casi 35 años endulzando los paladares de los alicantinos con ricos helados. Casi 35 años elaborando deliciosos postres y creando fórmulas innovadoras que incorpora a los sabores más tradicionales. Casi 35 años como maestro artesano que, en este recién estrenado 2016, le han valido el subcampeonato del mundo de heladería.

Mario Masià, natural de Xixona pero sanvicentero de adopción, ha sido el capitán del equipo español que la pasada semana logró la medalla de plata en la Copa del Mundo de Heladería, un certamen que se celebró en la ciudad italiana de Rimini y en el que participaron un total de 14 países.

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Pero Masià se quita mérito y achaca este éxito al trabajo que han realizado todos los miembros del equipo. Y es que el grupo que representaba a España pasó ocho meses entrenando en la localidad valenciana de Paiporta. «Ha sido muy duro porque hemos estado preparándonos ininterrumpidamente cinco días a la semana», señala el xixonenc.

Pero todo esfuerzo tiene su recompensa y este año Masiá ha logrado superar con creces el quinto puesto que logró en la anterior Copa del Mundo de Heladería. Y contando un cuento. El de Caperucita Roja. Así, todas las elaboraciones que llevó a cabo el equipo español en Rímini, se basaron en esta historia infantil de Charles Perrault. Un relato que también les hizo recoger el premio especial al mejor buffet final del certamen.

Y es que los jueces de la Copa del Mundo de Heladería disfrutaron de las elaboraciones vanguardistas de los españoles. Ingredientes como las mandarinas japonesas yuzú, variedades francesas de fresas, amarenas, chocolate manjari o cointreau estuvieron presentes en los dulces que prepararon.

Además, un helado de foie, uno de queso y otro de pimiento fueron las opciones que los nacionales presentaron para la prueba del plato salado, y que fue una de las más complicadas para Mario Masiá. «Al elaborar un helado salado hay que bajar el dulzor a un 7%, cuando normalmente se trabaja al 20% y si se le quita azúcar, el helado puede quedarse más duro y es ahí donde se ve la destreza del artesano», explica el xixonenc. Además, Masiá añade que « por la gran cantidad de grasa que contiene el foie, hay que controlar mucho el punto de batido para que el helado no se disipe».

¿Y por qué no ganó España? Mario Masià asegura que les faltó suerte, porque los helados nacionales no tienen nada que envidiar a los de Italia, país que resultó vencedor del compeonato. «El helado xixonenc es más artesano y cada maestro le da su toque, pero el italiano siempre sabe igual», asegura Masiá. Y además, el artesano asegura que «el secreto de un buen helado es la buena calidad de las materias primas».

Pero este segundo puesto a Mario Masiá le sabe a primero, porque «el nivel ha sido muy alto». Además, el artesano, entre risas, afirma que «los italianos son muy tramposos», y ya más serio, que los jueces les pusieron una serie de penalizaciones con las que él no estuvo de acuerdo.

El ganador de la medalla de plata solo espera que este galardón le repercuta positivamente en su negocio. Y para eso, a partir del 12 de marzo ofrecerá, en sus cuatro locales de San Vicente, varios de los dulces que el equipo español elaboró para el certamen. «Esperamos tener muchos turistas que vengan a vernos y a probar el helado subcampeón del mundo», desea Masiá.

Varias generaciones

Mario Masiá no es el primero de su familia que se dedica a la heladería. Su bisabuela era pastelera y hacía rollos de anís. Es por esto que en Xixona a Mario le conocen como «el rollero». Asimismo, sus padres, también jijonencos, frecuentaban una heladería en Lugo, ciudad en la que pasaban seis meses al año. Pero el mal tiempo de Galícia les hizo regresar a la provincia de Alicante para abirir la primera heladería Masiá en San Vicente del Raspeig. Un local que se encuentra en la calle Mayor, que lleva en marcha 54 años y en la que el subcampeón del mundo lleva trabajando desde los 14 años.

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