Mari Paz apareció ayer por la administración silenciosa y sin armar revuelo. Esta mujer de avanzada edad mantenía en secreto su fortuna hasta que una amiga le preguntó ante los periodistas si le había tocado y una sonrisa de oreja a oreja iluminó su cara. Llevaba un décimo.

«Estaba desayunando cuando he oído que había tocado el 88 y he dicho "yo tengo esa terminación". Entonces he ido a mirarlo y he visto que lo tenía entero», relataba sin poder dejar de sonreír. El dinero lo repartirá entre sus tres hijos, uno de los cuales está en el paro, y en una gran cena de Nochebuena para celebrarlo. Su felicidad se veía a la legua y se abrazaba con amigas y la lotera por su buena fortuna.