La Gestora de Asociaciones de Vecinos de El Campello considera que la crisis en la que está sumido el Ayuntamiento está impidiendo lograr el objetivo de los residentes, que se rebaje el IBI. Se fijan en el acuerdo de 30 puntos que el equipo de gobierno firmó y se comprometió a poner en práctica en los primeros seis meses de gobierno cuyo punto número 5 reza: «Aplicación a los vecinos de la tasa del IBI adecuada al momento económico, a la espera de la solicitud de la citada revisión catastral». Y denuncian que se les explicó a los vecinos en un pleno «y lo han incumplido», cuenta la presidenta de la Gestora, Mar Granados que asegura que «se les han pasado los plazos de la revisión de los valores catastrales» y lamenta que ello supone que «el recibo de la contribución urbana se incrementará en 2016 por la desidia de todos los partidos políticos».

El alcalde de El Campello, Benjamí Soler, asegura que esa petición se tramitó en marzo, con la anterior corporación municipal. Sin embargo, la representante de los vecinos explica que este año el valor catastral de El Campello para 2016 será igual al de 2015, según le comentó el propio primer edil. Granados añade que no ha habido ni movimientos ni intención de realizar esa bajada por la que claman los vecinos desde hace años.

«Se habría publicado en el BOE»

Insisten en que los problemas internos del Consistorio provocan una «parálisis» que están afectando en el día a día. La representante de la Gestora de vecinos explica que al no contar con toda la información que precisa ha acudido personalmente al catastro donde «me han comentado que si se hubiera solicitado una nueva ponencia como así se acordó en pleno este año se hubiera publicado en el BOE». Es decir, que no tienen esperanza de que, sin pedir una actualización de los valores catastrales, se produzca ningún cambio.

Desde que en 2008 se realizó la actualización de los valores catastrales en el municipio, los vecinos han tratado de que se devolviera la «cordura» a unos valores fijados en pleno boom de la construcción y de la burbuja inmobiliaria. «En 2007 todo estaba desfasado, el catastro dividió el municipio como una tableta de chocolate y a cada trozo le dio un valor distinto, sin ningún motivo», explica la presidenta de la coordinadora, Mar Granados. «Como consecuencia de esos valores desorbitados nos pusimos en movimiento y solicitamos una nueva ponencia», añade. La representante de los vecinos incide en el hecho de que el valor de los inmuebles ha ido disminuyendo con el paso de los años. «Sólo hay que meterse en páginas web como idealista.com para ver que el precio de las viviendas ha ido a la baja».