Los campelleros han puesto el broche de oro a sus fiestas de Moros y Cristianos 2015, tras los intensos días de la trilogía festera con el Desembarco, las embajadas y los desfiles, truncado el del martes por la lluvia. Ayer se celebraban los actos más emotivos. Han sido días de intensidad festera y de mucha «germanor» o hermandad, como explica la presidenta de la Junta Festera, Ángela Sanz, quien señala que ante cualquier adversidad los festeros se arropan.

Ayer también demostraron que además de grandes en sus demostraciones épicas durante los desfiles también lo son en solidaridad, porque durante la ofrenda de flores y frutos de la mañana a la patrona, la Virgen de los Desamparados, numerosas cestas iban cargadas de alimentos y productos no perecederos que se van a donar a Cáritas. Según precisaba el concejal de Fiestas, David Alavés, se recogieron más de una tonelada de productos alimenticios.

El último día de las fiestas se inició con la misa en honor a Santa Teresa que presidió el obispo de la Diócesis Orihuela-Alicante, Jesús Murgui. A ella acudieron los cargos festeros y la corporación municipal. La presidenta de la Junta Festera destaca que todos los donativos recogidos durante las novenas y actos religiosos de los días festivos se le entregaron ayer al obispo y se destina íntegramente a ayudas para los refugiados sirios.

Marinos y Ain Karin

La Ofrenda se inició con la colla de dolçainers que precedía a diversas asociaciones y a continuación desfilaban festeros y el público en general. Hubo representación de las comparsas cristianas y de las moras y tras ellos los cargos festeros de este año, la capitanía cristiana que ostentan los Marinos y la mora de Ain Karin. La banda Los Gavilanes amenizó la ofrenda que finalizó en el interior de la iglesia.

La presidenta de los festeros destaca como novedad de este año la elaboración de una plataforma en la que se colocó una bandera de la Virgen de los Desamparados en la que se dispusieron motivos moros y cristianos.

En torno a las dos de la tarde eran los cristianos los encargados de prender la mecha de la mascletà que disparaba en la avenida Ausias March el pirotécnico valenciano Vicente Caballer, que no quiso perderse el espectáculo de pólvora.

Por la noche fue el turno de los moros que fueron los encargados de encender el castillo de fuegos artificiales con el que se dieron por concluidas las fiestas. Pero antes los campelleros habían participado en la tradicional y multitudinaria procesión en honor a la Virgen de los Desamparos y a Santa Teresa.

El fin de fiesta fue la entrega de banderas. El alcalde, Benjamín Soler, ofreció a los capitanes una réplica de las llaves de la ciudad. Una población que empieza a preparar los Moros y Cristianos de 2016.