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Sant Joan d'Alacant

El incremento de la demanda obliga a ampliar la ratio de las clases gratuitas de apoyo escolar

Sant Joan garantiza el servicio a 200 alumnos cuyos padres se han acogido al plan de conciliación laboral - Cinco estudiantes de Lo Romero están en lista de espera

El incremento de la demanda obliga a ampliar la ratio de las clases gratuitas de apoyo escolar

La mayor demanda de usuarios que ha registrado este curso el programa de conciliación de la vida familiar y laboral, que viene desarrollando, de forma gratuita, el Ayuntamiento de Sant Joan desde hace cerca de 15 años, ha obligado a ampliar la ratio de alumnos por monitor. Hasta ahora, el tope de estudiantes fijado por cada una de las responsables del servicio era de 25 estudiantes, sin embargo, este año el número se eleva hasta 28.

El programa de conciliación de la vida familiar y laboral cubre el apoyo escolar de los tres colegios públicos del municipio, en horario extraescolar, de forma gratuita. El único requisito para solicitar el servicio es que padre y madre del demandante estén en situación laboral activa, en horario semejante al solicitado.

Hay dos turnos, las clases de apoyo matutinas, que se desarrollan de 7.30 a 9.00 horas, y las vespertinas, de 17.00 a 19.00 horas o de 16.30 a 18.30 horas, según el centro. Es incompatible que los niños combinen la asistencia a ambos horarios.

Un total de siete monitoras -dos en el CEIP Cristo de la Paz, dos en el CEIP Lo Romero y tres en el CEIP Rajoletes- se encargan de desarrollar el servicio. El turno matutino es el que registra una mayor demanda. Por ello, a esta hora todas las monitoras asignadas por centro atienden a un tope de 28 alumnos cada una. En cambio, por las tardes, el número de beneficiarios desciende, por lo que solo una de las responsables acude al centro en este horario y se ocupa de entre diez o quince niños.

Precisamente, el incremento de la demanda del turno matutino ha sido lo que ha obligado al área de Educación a aumentar la ratio por monitor. La medida ha permitido rebajar las listas de espera, que este curso se habían alargado más de lo habitual. Asimismo, el contro de las asistencia durante las primeras semanas de septiembre también ha sido clave para el movimiento de las listas, apuntó ayer la edil de Educación, la socialista Esther Donate.

Finalmente, se ha conseguido garantizar el servicio a más de 200 escolares del municipio, entre los turnos matutinos y vespertinos. Pese a esto, hay cinco estudiantes del colegio Lo Romero que, de momento, permanecen en lista de espera para las clases de apoyo de la mañana. En cambio, en el CEIP Cristo de la Paz han quedado plazas vacantes y en el colegio Rajoletes están al límite. «Vamos a esperar una semana para ver si todos los beneficiarios están ocupando su plaza en el Lo Romero. Si algunos fallan podremos incluir a los cinco alumnos pendientes de admisión», explicó Donate, quien aseguró que «se va a hacer todo lo posible para que todos los demandantes reciban el servicio».

Por su parte, el edil del PP y exconcejal de Educación de Sant Joan, Javier Yebes, consideró que «manejando bien los horarios se puede dar cobertura a todos los demandantes». «Si por la tarde hay menos solicitantes que por la mañana es cuestión de repartir a las monitoras», apuntó Yebes, quien lamentó que alguna de las madres cuyos hijos siguen en lista de espera no ha recibido ninguna explicación municipal pese a presentar varias solicitudes en el Ayuntamiento.

El programa estuvo en peligro

Hay que tener en cuenta que Sant Joan es el único municipio de la provincia que oferta este servicio a coste cero. Con todo, el desarrollo del programa, que tiene como objetivo resolver las incompatibilidades entre el desarrollo de la vida familiar y laboral de los progenitores y del que se benefician decenas de familias de la localidad, estuvo al borde de la desaparición este año.

El servicio no es una competencia municipal, por lo que su realización está condicionada a la estabilidad presupuestaria del municipio. La ausencia de presupuestos para el presente ejercicio hizo peligrar el programa, ya que el Ayuntamiento funcionaba con las cuentas prorrogadas de 2014, por lo que no podía efectuar gastos que no estuvieran programados.

La aprobación de las cuentas a principios de este mes ha permitido al cuatripartito salvar el programa, que tiene un coste anual de cerca de 60.000 euros.

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