Xixona vivió ayer la segunda jornada de la trilogía festera con una decena de actos que se iniciaban a las doce y media de la madrugada del sábado y continuaba a las siete y media de la mañana con la diana. Los festeros vieron salir el sol y siguieron celebrando actos hasta que apareció la luna, y siguieron celebrando sus fiestas patronales y de Moros y Cristianos. La alcaldesa, Isabel López, señalaba que es el día más festivos de los tres grandes de esta fiesta y se alegraba de «las ganas de fiesta» que hay en la calle. Ayer se celebraba misa, con un desfile posterior, el kabileo, el alardo, el desfile nocturno, la retreta. Y con la representación de las tres embajadas componían una intensa jornada festiva.

Tras la diana, a las nueve y media de la mañana arrancaba la primera Embajada, en la que los «Contrabandistes» ofrecían su apoyo a los cristianos ante el inminente ataque de las tropas musulmanas. Acto seguido tenía lugar la embajada de los «Pirates», en tono humorístico pero con idéntico final, con las huestes cristianas aceptando entre sus filas a los marineros.

Por la tarde, se realizaba la tercera de las embajadas. Después de una intensa batalla de pólvora, primero, en el alardo, y de otra dialéctica, después, los moros se hacía con el castillo. Luego la misa en honor a san Sebastián, uno de los patrones de la localidad.

Y hoy se celebra uno de los actos más característicos de Xixona, el Juicio al Moro Traidor.