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La Torre de les Maçanes

Compañeros de fallecidos en el incendio les rinden homenaje y critican la lentitud judicial

Lamentan que tres años después del suceso sigan sin esclarecerse las responsabilidades por lo ocurrido

Compañeros de fallecidos en el incendio les rinden homenaje y critican la lentitud judicial

Brigadistas y agentes medioambientales rindieron ayer homenaje a los dos compañeros fallecidos en el incendio que hace justo tres años se registró entre los términos municipales de La Torre de les Maçanes, Penàguila y Benifallim. Medio centenar de personas, entre ellas las viudas de Emilio Abargues y Ernesto Aparicio, depositaron ramos de flores en el lugar de los hechos, en un acto que se desarrolló en un clima de malestar por la lentitud del proceso judicial.

Fue el 12 de agosto de 2012 cuando un incendio forestal acababa con la vida del brigadista Emilio Abargues y el agente medioambiental Ernesto Aparicio. En el incidente también resultaron con quemaduras otros seis integrantes de las brigadas de emergencia.

Transcurridos tres años, sin embargo, siguen sin esclarecerse las posibles responsabilidades. Están imputados el jefe del Consorcio de Bomberos, Vicente Baeza; un coordinador de Tragsa, Andrés Vicente Pastor; y un sargento de bomberos, Juan Carlos Calles. Mientras ellos argumentan que el suceso se produjo como consecuencia de una reacción imprevista de las llamas, las acusaciones consideran que obedeció a una imprudencia de los mandos que estaban al frente de las brigadas -el coordinador y el sargento-, al detenerse a practicar un cortafuegos en un lugar inadecuado y sin autorización del jefe del Consorcio.

Con todas estas cuestiones pendientes de aclarar, ayer se celebraba el homenaje en recuerdo de los dos fallecidos, acto éste en el que se puso de manifiesto el descontento con la lentitud del proceso judicial. La viuda del brigadista, Amparo Villar, mostraba su decepción «por el tiempo transcurrido sin que todavía no se hayan concretado las responsabilidades». En parecidos términos se expresaba la viuda del agente medioambiental, Pilar Garrigós, quien manifestaba su deseo de que «esto termine de una vez por todas. Parece que tengamos una cosa pendiente, una especie de herida abierta que no se cerrará hasta que concluya el proceso».

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