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Musa Isa Nayem. Director de la escuela de enfermería de Ahmed Abdel-fatah, en el Sahara

«La Escuela de Enfermería del Sahara necesita fondos, si no se clausurará»

La crisis ha llegado a la Escuela de Enfermería situada entre los campamentos saharauis de Smara y Ausserd, un internado que equivale a estudios superiores en el que 160 alumnos realizan tres años de enfermería y dos de Pediatría y Obstetricia. El centro se mantiene con ayuda humanitaria, pero este año se ha cerrado el grifo de su fuente principal, el Ayuntamiento de Vitoria.

Musa Isa Nayem. Información

La escuela es una de las maneras de lograr que los jóvenes saharauis se queden en su tierra y además ayuden a la población. Pero sin financiación, el director del centro teme que tengan que cerrar. Con su visita de ayer a San Vicente del Raspeig logró su supervivencia hasta diciembre.

¿Cuál es el objetivo de su visita a san Vicente del Raspeig?

Llevamos años en los que el Ayuntamiento, la Universidad de Alicante y la Asociación Dajla daban una ayuda humanitaria para la escuela. Y la parte más gorda la daba Vitoria; pero este año con el cambio de gobierno nos la han cortado. Nos dicen que para el curso siguiente volveremos a tenerla, pero éste no.

¿Cuánto recibían?

Al año recibíamos 42.000 euros, que este curso escolar no tendremos. Y una ONG francesa nos da casi la mitad, pero con eso no cubrimos porque los alumnos comen, duermen y reciben material escolar entre semana en la escuela. Y los profesores perciben un incentivo. Llamamos a la asociación de San Vicente y hemos venido para ver qué podían hacer el Ayuntamiento, la Universidad y otros órganos de Alicante.

¿Tendrían que cerrar?

Si no tenemos financiación, tendremos que cerrar la escuela que lleva abierta desde 1992. Hemos hecho ya la selección de estudiantes para que empiecen en primero. Estas personas se forman para quedarse en su pueblo y estar en centros de salud, de primaria y el hospital regional. Por eso hemos venido, a tocar la puerta porque se cierran los grifos y se secan las plantas. Y es un poco duro.

¿Ha logrado su objetivo?

Me he reunido con el concejal de Servicios Sociales que me ha dicho que hará lo que pueda en los próximos presupuestos. Y he estado en la Universidad con el vicerrector de Relaciones Internacionales, Juan Llopis, que también está dispuesto a colaborar, pero lo tiene limitado. Es una situación desesperada, pretendemos que mejore la salud de la gente y resista. Hay una migración, pero la gente mayor está ahí, en su tierra, y por eso nosotros tenemos que mejorar sus condiciones.

¿Hasta cuánto puede aguantar?

Podemos mantener la escuela hasta diciembre con las ayudas de la asociación Dajla y la Universidad, que aportará 5.000 euros. Y tenemos un par de meses en los que no sabemos lo que pasará.

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