La Concejalía de Urbanismo de San Vicente de Raspeig ha llevado a cabo en las últimas semanas las obras de conservación y restauración de la Villa Josefina, ubicada en la Carretera Villafranqueza, con el fin de mantener aquellos elementos arquitectónicos que motivaron la inclusión del inmueble en el Catálogo de Bienes y Espacios protegidos.

Las actuaciones que se realizan en la antigua finca consistieron en la reposición de tejas planas y revisión de la totalidad de los elementos de cubierta, la reparación del alero con reposición de piezas de cerámicas y consolidación de las existentes, según explicaron fuentes municipales.

Además, se llevó a cabo la reposición de bajante de canelón, la restauración del mirador existente en fachada, la protección de carpintería de madera, y la reposición de revestimientos de muros de mampostería. De esta forma, las mismas fuentes indicaron que el presupuesto destinado a estás obras ascendió a un total de 11.401 euros, financiada por la empresa propietaria.

La edil y portavoz de Guanyar, Mariló Jordá, explicó que desde «la Concejalía de Urbanismo existe un compromiso para conservar el poco patrimonio catalogado que tiene el municipio y en este sentido, vamos a iniciar una serie de intervenciones siendo esta la primera de ellas, para después proseguir con la rehabilitación de la Ermita de San Antonio, cedida al Ayuntamiento por sus propietarios hace apenas unos meses».

Jordá señaló que también se acometerá el vallado de la parcela y se contempla la posibilidad de instalar huertos urbanos, siguiendo el modelo del Parque Norte, ya que la villa dispone de balsa y aljibe.

Características

La Villa Josefina es un bien a proteger en la localidad y se estima que la edificación original de este inmueble data del siglo XIX y, que posteriormente, se amplio la planta superior en 1920. La edificación, que tiene una composición simétrica, contiene un balcón volado con mirador de madera, y el interés de esta casa radica en ser una de las escasas actuaciones recreativas que se realizaron en el municipio. De hecho, el cronista Viravens la cita como una de las fincas de recreo habitadas en los meses de verano por un familia del patriciado alicantino, según indicaron las mismas fuentes.