La planta de basuras de El Campello sigue operando con normalidad pese a que ya ha expirado el plazo de dos meses que dio la Generalitat para que paralizara la actividad de la zona de compostaje, foco principal de unos malos olores que se están recrudeciendo con la llegada del calor. La presentación de un recurso administrativo por parte de la explotadora del complejo, FCC, ha suspendido la aplicación del requerimiento de la Conselleria de Medio Ambiente, sin que haya trascendido resolución al respecto.

Mientras, los vecinos denuncian que durante estos días están sufriendo episodios «terribles» de malos olores con la llegada del calor. «La planta debería estar ahora parada pero resulta que huele como nunca», alertan desde la Asociación de Afectados por el Vertedero, que califican esta situación de «nueva tomadura de pelo». Y lamentan que tras las elecciones «ningún partido se ha interesado por nuestra situación a pesar de que todos llevan en su programa resolver este problema».

La Generalitat dictó una resolución el 24 de marzo por la que daba dos meses a FCC para paralizar de forma cautelar la actividad de la nave de compostaje, tras detectar graves deficiencias en la última inspección. Además, exigía la implantación de una serie de medidas correctoras para poner fin a su mal funcionamiento y mitigar los malos olores. Ese plazo se cumplió a finales del pasado mes, cuando deberían haberse suspendido los trabajos en la nave de compostaje para proceder a su limpieza, implantación de nuevos sistemas y comprobación por parte de la Generalitat para proceder posteriormente a modificar la Autorización Ambiental Integrada (AAI).

A pesar de esto, la planta sigue funcionando de forma normal. Y generando malos olores. El plazo ha quedado suspendido por el recurso de alzada que la empresa interpuso el 24 de abril ante la Conselleria. En el mismo la mercantil no se opone a la adopción de medidas para mitigar los malos olores y a la presentación de un nuevo plan de explotación del proceso de compostaje. Es más, asegura que buena parte de las que le reclamó el pasado año el Consorcio de Basuras ya se han implantado y las que faltan también se aplicarán.

Pero manifiesta su rechazo frontal al plazo de dos meses tras el cual debería suspender la actividad de tratamiento de residuos orgánicos, ya que afirma que una medida así sólo se puede tomar en caso de que concurra «un peligro inminente». Y cuestiona la validez del estudio de la Universitat Politècnica de València (UPV), encargado por la propia Conselleria y que certificó que los malos olores sobrepasan ampliamente los límites permitidos. Este informe sirvió de base para iniciar la modificación de oficio de la AAI y ha derivado en esta orden de cierre. FCC afirma que el método empleado para medir los olores, el Nasal Ranger, «no está normalizado» ni en España y en la UE, y además «supone una modificación unilateral de la AAI no prevista en el ordenamiento jurídico».

Origen

Lo más sorprendente es que en el recurso FCC asegura que «en ningún momento se ha acreditado que los malos olores procedan de la planta», a pesar de que las denuncias arrancaron tras su puesta en marcha y los múltiples informes y medidas correctoras que se han ido implantando en el complejo desde su apertura en 2009.

Del mismo modo, la empresa también rebate las deficiencias detectadas en la última inspección del 10 de marzo que dio pie a esta orden de paralización cautelar. Entonces, los técnicos alertaron en su visita del «mal funcionamiento constatado de la instalación», ya que «a simple vista las balas de rechazo contienen cantidades apreciables de materia orgánica», «en el interior de la nave de compostaje se detecta un olor intenso de amoniaco, charcos de lixiviados y neblina», y «según nos indican la volteadora se encuentra en reparación por lo que se realiza el volteo con palas».

Actuaciones a realizar

Destacaban que es en la nave de compostaje, instalación que transforma el residuo orgánico en abono, donde se detecta el principal foco de malos olores, y ahí se centran las medidas que reclamaba la Conselleria. Se trata de instalar «un sistema de aireación forzada y extracción de aire de la nave de compostaje, disponiendo de control automático en tiempo real en función de la evolución de los parámetros de compostaje»; otro «sistema de dosificación y mezcla controlada, del digesto y de residuos verdes a la masa de residuos en compostaje, determinando las cantidades, el lugar y el momento óptimos de su incorporación»; y la introducción de un «procedimiento de seguimiento y control del proceso de compostaje, a realizar por entidad o empresa de probada solvencia técnica y reconocido prestigio en materia de compostaje».