San Vicente se trasladó ayer a la época de las crónicas cidianas, cuando las hazañas de los cruzados y las unión de los reinos dio victorias épicas narradas en los anales de la historia. Dos de las principales arterias del municipio, ancha de Castelar y calle Alicante, sufrieron un flash-back hacia el medievo de la mano de la Capitanía Cristiana, que después de nueve años, ostentaban de nuevo los Caballeros Templarios. Sin embargo esto fue después de que abriera la Entrada una representación de la mujer sanvicentera formada por jóvenes ataviadas con la vestimenta tradicional, que no dejaron de lanzar viandas al público.

Después de una carroza engalanada con un almendro en flor, llegó el turno de unas graciosas bailarinas que, pese a pertenecer a la Entrada cristiana, esgrimían unas grandes tulipas como parte del atrezo de una danza árabe. Justo entonces hicieron su puesta en escena otro grupo de doncellas, las cuales agitaban abanicos o sombrillas, dependiendo del caso, al son de la música. Las otras dos carrozas portaban a bordo a la reina de la Primavera, Laura Fuentes, y la reina de las Fiestas, Beatriz Maldonado, acompañadas de su corte de honor. A lo largo del trayecto unos cañones se encargaban de que no cesara la lluvia de confeti sobre la alcaldesa de Fiestas.

Un enorme escudo ocupó la anchura de la calle tras los habituales estandartes para anunciar que ya era la hora de los cruzados. Un poblado medieval, representado por una maqueta y escenificado por más de 500 figurantes y otros tantos músicos, parecía disponer su asentamiento. Perfectamente uniformados para el boato cristiano, los aguerridos guerreros avanzaban con paso firme o a lomos de sus corceles, a modo de centauros, sobreimpresos con inmensas cruces rojas.

Las tropas, pertrechada de todos los elementos inherentes a la batalla, se vieron jalonadas por una espectacular carroza que llevaba al capitán y a la abanderada sobre una espada gigante incrustada entre muros empedrados. Los semblantes festeros oscilaban durante el trayecto entre la solemnidad que requería su papel y el carácter gozoso de un momento muy deseado. Quizá la música ayudaba. Entre la música festera se había colado la banda sonora de la popular serie «Juego de Tronos», parangón actual de la ancestral lucha entre reinos.

Por su parte, los estamentos clericales también contaron un una nutrida representación en el desfile justo antes de que la Capitanía Cristiana, en manos de Vicente Sogorb y su abanderada Elisabeth Sogorb, así como del capitán infantil, Iván Resina y la abanderada infantil Judith Carbonell. Todos ellos a lomos de una carroza convertida en castillo y ataviados al más puro estil de los famosos reyes católicos. A ellos siguieron Estudiantes, Visigodos, Astures, Cristians, Contrabandistas, Almogàvers, Maseros y Nómadas, tras los que puso el broche final una de las figuras más esperadas: la alferecía cristiana, que este año poseía Alba Lopezosa, de los Navarros.

Todo ello acontecía bajo la atenta mirada de miles de personas, el público que flanqueaban la calle, y de un palco repleto por autoridades civiles y festeras, entre ellas la alcaldesa Luisa Pastor; la edil de Festas, Paquita Asensi; el edil socialista, Rufino Selva; el presidente de la comisión de Fiestas, Cristian Gil; el presidente de la Federación Unión de Comparsas Ber-largas, Ismael García; el capitán moro, Juan Carlos Morote, y su abanderada Susi Aliaga y el alférez José Amat, entre otros muchos. Al finalizar el desfile se celebró la imponente Embajada mora, donde el tronar de los arcabuces y el olor a pólvora tomarán el mando, un colofón perfecto para una jornada que había comenzado por la mañana con la Fiesta de la Flor.

Tras la supremacía cristiana y la feroz batalla de la Embajada, hoy llegará el desfile triunfal de las comparsas moras. Al amanecer tendrá lugar la Diana cristiana, concentrada a las 8.00 horas, en la plaza de la Comunitat Valenciana. Las reinas de las Fiestas y la Primavera protagonizarán el tradicional pasacalles junto a su corte de honor, a las 11.00 horas, media hora antes de que arranque, desde la avenida Ancha de Castelar hasta la calle Salamanca, la Entrada Infantil. Ya por la tarde, a las 18 horas, dará el pistoletazo de salida la Entrada mora.