Una actividad que parece tan inocua como el sellado de las cartas tiene trastornados a algunos vecinos de un bloque de viviendas de San Vicente. De buena mañana, a partir de las 6.30 horas, los trabajadores de la sede de Correos de la calle Jaime I inician su actividad y el ruido que producen al timbrar los envíos no deja descansar a los residentes del primer piso. Las quejas han llegado hasta el Ayuntamiento donde, tras una medición de sonido realizada por la Policía Local en la que se ha comprobado que se superan los niveles permitidos, la Concejalía de Urbanismo ha remitido un escrito a la entidad postal exigiéndole que adopte las medidas correctoras necesarias para insonorizar la sede.
La oficina de reparto no atiende al público y está situada en la planta baja de un bloque de viviendas de la calle Jaime I. Los principales problemas los sufren algunos vecinos del primer piso por el ruido que produce el matasellos. Ante las quejas de los afectados, la Policía Local acudió a medir el sonido y, según consta en un informe, se alcanzaron los 36,4 decibelios por el timbrado del correo y otro nivel similar por el arrastre de mobiliario, en concreto de sillas. De acuerdo con el citado documento, el máximo permitido en horario diurno es de 35 decibelios y aún menor en el nocturno -de 22 a 8 horas-, cuando se establece en 30.
Un portavoz de la citada comunidad de vecinos explicó ayer que «no sólo el matasellos, también el aire acondicionado molesta en las plantas superiores, ya que el ruido sube por los conductos de ventilación de los aseos». Además, apuntó que estas molestias las llevan sufriendo desde se que se abrió esta oficina postal.
Ante estas quejas y tras comprobar el exceso de ruido, el concejal de Urbanismo, Antonio Carbonell, ha remitido un escrito a Correos y Telégrafos para que en el plazo de 15 días adopte «las medidas correctoras necesarias para que, durante el funcionamiento de la actividad, no se transmitan niveles de ruido superiores a los establecidos legalmente según la ordenanza municipal de Protección Ciudadana contra Ruidos y Vibraciones». Además, apunta que una vez que las adopte deberá comunicarlo y que esta obligación es «independiente de la sanción que pudiera imponerse» de acuerdo con la Ley 7/2002 de protección contra la contaminación acústica.
Mientras, un portavoz autorizado de Correos y Telégrafos aseguró ayer que todavía no tenían constancia de la citada notificación. No obstante, apuntaron que quizás el problema del matasellos se solucione «cambiando el rodillo de la máquina» que realiza el timbrado. También apuntó que «se mirará y, si tienen razón, se adoptará una solución».
