Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

San Vicente del Raspeig

Los pinches también se especializan

El instituto Canastell ofrece un curso para que alumnos que han fracasado en Secundaria aprendan a ser ayudantes de cocina

Para el CIPFP Canastell fue una sorpresa cuando a finales del mes de julio la Conselleria de Educación les concedió el ciclo de Operaciones Básicas de Cocina en nivel 1. Son estudios orientados para jóvenes que han fracasado en la ESO y también hay algunos alumnos de Educación Especial.

La tardanza en otorgar la autorización ha provocado que tuvieran que ponerse en marcha a toda prisa para montar una cocina para que los alumnos pudieran hacer prácticas en el centro. La han instalado en un espacio que hace años fue el comedor del colegio Bec de L'Àguila, posteriormente la cantina del instituto y después un taller de informática de PCPI.

La falta de este espacio ha obligado a que desde principios de curso sólo se impartiera la parte teórica, pero por fin la semana pasada comenzaron con la práctica, que es la que motiva a los alumnos que se van a preparar para ser pinches y camareros.

Lo primero que les ha enseñado su profesor, Antonio Montoro, es a utilizar las herramientas, por ejemplo a no cortarse con los cuchillos, a limpiarlas y la manipulación de alimentos. Además, ya han comenzado la preparación fría de alimentos -verduras o macedonias-, a elaborar cremas o también masas.

La mayoría de los alumnos llegaron partiendo de cero. Muchos ni siquiera habían pensado en dedicarse a la cocina pero el comienzo de la parte práctica parece estar haciendo surgir el interés de aquellos que no lo tenían. «Aquí se les da motivación suficiente para que sean empleables cuando acaben los dos cursos o sean capaces de entrar en grado medio. El problema que tienen muchos es que no creen en sí mismos y, sin embargo, tienen un potencial increíble», explica Fran Bocanegra, jefe de estudios del centro.

Como suele suceder en este centro, ha sido el instituto el que ha montado la cocina con sus propios recursos. Cáritas les ha cedido material y otros electrodomésticos los han comprado de segunda mano. El ciclo de extracción de humos los han montado los estudiantes de grado superior y todavía quedan algunos aspectos por mejorar, como cambiar los cristales o cerrar la zona de frío.

La dirección del centro espera compensar en unos meses a Cáritas envasando los menús que preparen y entregándoselos para las familias necesitadas. De momento no es posible y se deshecha lo elaborado ya que los alumnos están empezando, pero cuando sepan ya cocinar y además se pueda hacer en unas condiciones higiénicas adecuadas, entonces se destinarán a la ONG.

De momento, el centro compra la materia prima pero también se está trabajando para traer material de la lonja de pescado o de la asociación de agricultores que colaboran con Cáritas.

Estos estudios de FP básica constan de 2.000 horas divididas en dos cursos en los que aprenderán a trabajar en un restaurante, tanto dentro como fuera de la cocina. En el primero se forman como pinches y en el segundo aprenden restauración, para ejercer de metres o de barman.

Algún alumno, incluso, compatibilizará estudios y trabajo. Es el caso de Sergio Tardiner García, un chico de 19 años que ya estudió para camarero en nivel 1, hizo prácticas en un restaurante y ahora ha comenzado a trabajar en la hostelería. Aunque le gusta todo lo relacionado con la cocina, las asignaturas que más le interesan son las relacionadas con la prevención y la legislación.

El problema que tendrán estos alumnos cuando terminen en Canastell es la falta de un ciclo de nivel 2 en l'Alacantí. «Si quieren seguir tendrán que irse a Alcoy, Torrevieja o Santa Pola porque, aunque parezca raro en una zona tan turística como ésta, aquí no existen esos estudios», lamenta Carlos Navas, director del centro.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats