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San Vicente del Raspeig

La Policía Local abre un espacio especializado para atender a mujeres maltratadas

Agentes de paisano asesoran a las víctimas y las acompañan al médico o a presentar denuncia

Las mujeres que han sufrido violencia de género son muy diferentes al resto de las víctimas. Cuando por fin se deciden a pedir ayuda suelen llevar años sufriendo y a algunas les resulta difícil contar lo que les está pasando. De hecho, algunas se levantan a la mitad de la declaración sin llegar a presentar denuncia. Por eso la Policía Local de San Vicente ha abierto un espacio reservado para estos casos, donde agentes especializados las atienden en un entorno más acogedor y tratan de ofrecerles calor humano y una atención más personal y sensible. La intención es que las afectadas ganen confianza en el sistema y en que pueden salir de esa situación de maltrato con la ayuda de las instituciones, explican desde este servicio Viogen, que coordina el inspector Ximo Calpena.

El espacio en la sede policial de la calle La Huerta sirve tanto para atender los nuevos casos como para realizar el seguimiento de los ya existentes. A raíz del protocolo de colaboración firmado en abril con la Policia Nacional y la Guardia Civil, desde el pasado día 1 los agentes municipales se ocupan de supervisar los casos en los que existen un riesgo bajo o medio de agresión. Los otros dos cuerpos lo asumen cuando es alto o extremo.

Los trabajadores del área de Servicios Sociales del Ayuntamiento son otra pieza en esta red de atención, ya que otorgan a las maltratadas una atención preferente, según explica el jefe del servicio, Marino Martínez. Para estos casos no hay lista de espera sino que se les ofrece de inmediato la ayuda económica, de guardería o el tratamiento psicológico que necesiten las afectadas.

Con este protocolo se ha eliminado burocracia y se ha humanizado la atención. Por ejemplo, antes las víctimas prestaban declaración ante la Policía Local y después ante la Guardia Civil. Ahora se les evita uno de estos tragos y los agentes locales las asesoran y acompañan a la comandancia, donde declaran ante un guardia civil, pero en presencia del policía.

Dentro de este objetivo de ofrecer más calor y seguridad a las afectadas, también se va a habilitar una zona de juego de niños para que los pequeños se distraigan pintando o jugando cuando sus madres tienen que llevarlos con ellas al retén.

A partir de ahí, si de acuerdo con el protocolo se evalúa el riesgo existente como bajo o medio, los agentes de este servicio Viogen trabajan en la atención, seguimiento y protección de las maltratadas. Además, los dos policías adscritos, un hombre y una mujer, realizan muchas de estas tareas vestidos de paisano para evitar estigmatizar a las víctimas y que el agresor los identifique como agentes.

El coordinador del servicio policial de violencia de género explica que en el retén no sólo se atiende a las víctimas sino que «también hay un trabajo de prevención». A veces, apunta, «hay un conflicto pero sin llegar a la violencia», por ejemplo en casos de separación. También ocurre que en ocasiones ellas recaban información porque no tienen claro si lo que sufren es violencia de género o no.

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