La sobrecarga de trabajo que están sufriendo muchos empleados por las reducciones de plantillas está provocando más problemas de ciática, tendinitis, hombro doloroso o cervicalgias, entre otros. La media de recuperación de los pacientes que sufren este tipo de dolencias musculoesqueléticas es de 44 días en la Comunidad Valenciana, lo que genera un gasto a la Administración y a las empresas, pero también suele causar una gran ansiedad a los pacientes. En esta crisis muchos viven preocupados por la posibilidad de que esta situación ponga en riesgo sus empleos debido a que la legislación actual permite despedir a los enfermos. Además, a otros se les reduce el sueldo durante la baja.

Con el fin de aliviar este problema, el Centro de Especialidades del Hospital de San Vicente acaba de abrir una consulta de atención temprana orientada específicamente a los trabajadores o parados que reciben alguna prestación y que sufren dolencias musculoesqueléticas, ya que son la causa principal de bajas, sobre el 20%.

Las reumatólogas Susana Gil y Paloma Vela son las responsables de este programa que desde hace un año y medio funciona en el Hospital General de Alicante y por el que han pasado ya más de 300 pacientes. La mayoría de los atendidos desarrollan trabajos muy físicos, como personal de limpieza, del campo, la construcción, seguridad, cajeras de supermercado o auxiliares de enfermería.

«Con esta crisis hay gente que está asumiendo el trabajo que antes hacían de tres o cuatro» y su cuerpo acaba pagándolo, señala Gil, quien apunta que los usuarios del servicio «tienen una media de edad de cuarenta o cuarenta y tantos años».

Este tipo de consultas surgieron en Madrid, donde se comprobó que «la detección precoz en la dolencia podía ser rentable y que los resultados eran espectaculares por el tiempo ganado y el ahorro», apunta Vela. En su consulta la media de las bajas se ha acortado a 29 días desde que les llega el paciente. Las dos facultativas aseguran que los usuarios «están muy contentos» ya que, también a causa de la crisis, «la gente se coge la baja cuando ya está muy fastidiada. A lo mejor habían empezado con los dolores uno o dos meses antes».

Con este programa los médicos de cabecera derivan directamente a los pacientes a su consulta. Una vez allí se les ofrece una atención más especializada que suele resolver más rápidamente el proceso. Las doctoras les indican ejercicios que deben realizar, se les infiltra si es necesario y se rellenan los partes. Al atendido «le da más seguridad y se le pone antes en circulación», relatan las responsables.

Lo que las reumatólogas lamentan es que en las empresas españolas «no hay cultura de terapia ocupacional». A pesar de que la ley lo establece, no se forma a las plantillas para realizar estiramientos o adoptar posturas adecuadas, pese a que, si lo hicieran ,«reducirían la bajas y consultas al médico».