Rendidos a la Fiesta. La feroz batalla que se desató ayer a mediodía en El Campello culminó con el izado de la bandera de la cruz, lo que dio paso ya por la noche a la siempre divertida celebración de la Reconquista: la explosión de color y humor de la Retreta. Los Moros y Cristianos cerraron así la Trilogía Festera, aunque los actos acaban hoy con la Ofrenda y la Procesión, una jornada de marcado carácter religioso dedicada a la Mare de Déu dels Desemparats y a Santa Teresa.

El día arrancó con el asalto final a la fortaleza por parte de las tropas cristianas. Los especialistas de la Colla Escènica ofrecieron un gran espectáculo con sus combates cuerpo a cuerpo, con espadas, lanzas o desarmados. Y los embajadores, Vicent Garcia por parte mora y Marc Vaello por la cruzada, hicieron vibrar a las centenares de personas que asistieron al acto con su intenso pulso dialéctico. Además, la batalla estuvo más teatralizada, con momentos muy emotivos como la muerte de un soldado cristiano que llora su embajador, o la heroica intervención del propio embajador del bando de la cruz, que oculto con una capa negra logra entrar en la fortaleza para rescatar a una niña capturada con las huestes mora.

Tras finalizar la Embajada e hincar la rodilla los moros, el Ballet l'Estaxa ofreció una dulce coreografía medieval dedicada a las capitanías, Non Bèbéc y Jaume I, que dio paso a la Entradeta Festera.

Ya por la noche las espadas y la pólvora fueron sustituidas por el humor, el colorido y la imaginación de la Retreta. Los festeros de Tercio de Flandes llenaron las calles de felices hippies, Veterans se hicieron a la mar, Non Bèbéc trajeron a El Campello el antiguo Egipto, Kordofan hizo lo propio con Cuba y Pollosos con el Polo Norte, Zaidies se convirtieron en fichas de juegos de mesa y Aín Karim adelantaron la Navidad con sus divertidas burbujas de Freixenet. Los Pacos rememoraron el Mundial de fútbol, Marrocs se convirtieron en vikingos y Maseros en lápices y sacapuntas, mientras que Cristians se lo pasaron en grande con su fiesta de la cerveza y Cavallers del Temple se erigieron en dioses del Olimpo. Marinos se transformaron en clicks de Playmobil, Cavallers de Conquesta en Scooby Doo, Jaume I en tribus y Meixemet se sumergieron en la película de animación «Gru, mi villano favorito».