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«El rescate se ha hecho eterno»

El bombero de la provincia que colaboró en rescatar al espeleólogo atrapado en una cueva en Perú inicia el regreso aLima a través de la selva y lamenta la falta de apoyo de la Administración - El herido se recupera en un hospital

El bombero Iñaki Sáez INFORMACIÓN

Fueron unos días muy duros, realizando un gran esfuerzo físico, soportando frío, muchísima humedad y con muy poco descanso. Pero por fin ayer Iñaki Sáez, bombero del Consorcio Provincial de Alicante, pudo dormir de un tirón con el objetivo conseguido: rescatar al espeleólogo español Cecilio López Tercero, quien desde el pasado 18 de septiembre permanecía atrapado en la cueva Intimachay, situada en Leymabamba, una zona selvática de Perúdormir de un tirón objetivo conseguidorescatar espeleólogo español atrapado Perú. Dentro había sufrido un accidente que le ocasionó una lesión en la zona lumbar.

A pesar de que tuvo que desplazarse desde España hasta una zona recóndita del Amazonas, Iñaki Sáez fue uno de los primeros miembros del equipo de rescate en llegar a la cueva y, por tanto, de los que más esfuerzo han invertido para sacar con vida a López Tercero. «Lo más difícil fueron los primeros días. El rescate se ha hecho eterno porque al principio, como éramos pocos, el movimiento de la camilla era muy complicado», relataba ayer el bombero del parque de San Vicente del Raspeig poco después de iniciar su travesía de vuelta hacia Lima a través del Amazonas.

Ayer realizó tramos andando, en burro, a caballo, en todoterreno y en furgoneta hasta la ciudad de Chachapoyas, donde debía subir a un autobús que, después de 23 horas de viaje, le llevará hoy hasta Lima. Desde allí emprenderá el regreso hasta Alicante, donde llegará el próximo viernes.

«Al principio éramos sólo 15 ó 16 rescatistas y era complicado porque en otros países como Alemania para un rescate así participan unas cien personas», explicaba ayer Sáez en convesación telefónica con INFORMACIÓN.

«Los primeros días fuimos preparando la cueva pero sólo lo podíamos mover en tramos pequeños porque había agua». En esos primeros momentos lo mantuvieron en zona caliente con mantas térmicas y puntos de calor, dentro de lo que permite una cueva a 400 metros de profundidad y con una humedad del 100%.

Conforme llegaron refuerzos se pudo ir sectorizando la cueva y, ya con más efectivos, López fue extraído de la gruta a las 13.45 hora local (20.45 GMT). López permaneció alrededor de hora y media en una carpa aledaña a la entrada de la caverna mientras esperaba la llegada de un helicóptero que lo trasladara a Chachapoyas. El aterrizaje en un helipuerto improvisado se retrasó por las malas condiciones climatológicas. Finalmente, un avión de la Fuerza Aérea de Perú lo trasladó hasta Lima, donde ingresó en un hospital.

Primeros días sin comer

Durante la última semana, Cecilio López recibió la asistencia sanitaria de una médica y una enfermera que lo acompañaron desde el punto donde cayó y le suministraron alimentos energéticos y calmantes para mitigar el dolor de sus lesiones.

Tras doce días de arduos trabajos, López pudo ser rescatado gracias a un operativo en el que participaron alrededor de setenta espeleólogos españoles, además de otros expertos de Italia, Francia y México, y unos cuarenta militares y bomberos peruanos.

En declaraciones a América Televisión, López Tercero afirmó que lo peor fueron los primeros días, sin nadie que lo apoyara, «no había comida y los dolores eran muy intensos». También explicó que el accidente se produjo cuando exploraba en la cueva y una roca se desplomó, lo que le hizo caer de espaldas al suelo, desde «una altura de unos cuatro metros».

«Llevo 22 años practicando la espeleología y ha sido el primer accidente que he tenido», afirmó el espeleólogo español, quien se declaró un apasionado de esta disciplina y prometió regresar a Leymabamba porque es un sitio que le encanta, lo mismo que la gente de la zona.

Una vez terminado el rescate, y después de dormir y comer por fin, Iñaki Sáez aseguraba que se encontraba «bien» aunque «los pantalones me vienen grandes» por el esfuerzo que ha realizado estos días. Como él, otros compañeros de la expedición también han perdido peso.

Falta de ayuda

Aunque se encuentra feliz después del rescate, lo que Iñaki Sáez y otros miembros de la expedición han lamentado ha sido la falta de apoyo por parte de las administraciones. «Este tipo de emergencias debería tener una respuesta a nivel de Administración. Tendría que haber un protocolo como lo hay para otros casos», apuntaba ayer. En cuanto a las autoridades peruanas, relataba que «sí han facilitado medios», como el helicóptero que les trasladó al llegar Lima. El problema, apunta, «es que carecen de formación y de medios».

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