Un macrobotellón celebrado en la madrugada del sábado al domingo pasados en el parque Juan XXIII obligó a cerrar hasta ayer la zona de juegos infantiles por la presencia de cristales y otros residuos, que hacían peligrar la seguridad de los pequeños. Además, en la concentración de jóvenes consumiendo alcohol participaron numerosos menores y algunos tuvieron que ser atendidos por beber en exceso, según han denunciado el portavoz municipal del PSOE, Rufino Selva, y vecinos de la zona.
Los efectos del macrobotellón todavía eran visibles en la mañana de ayer, pues la zona de juegos infantiles continuaba precintada por la Policía Local.
Además, vecinos del entorno lamentaban el mal estado en el que se quedaron tanto el parque como las calles de los alrededores, repletos de orines, vómitos, plásticos y cristales. «En la calle Presbiterio Aracil se dedicaron a ir andando por encima de los coches», relató ayer una ciudadana frente al vial, donde aún quedaban vasos y botellas del fin de semana.
El portavoz del PSOE pidió más control de los botellones «con el objetivo de evitar que los menores participen del consumo de alcohol en espacios públicos donde se concentran varios centenares de jóvenes». Además, reclamó «más medios de limpieza» para que los niños no tengan que dejar de utilizar los juegos infantiles a causa de la suciedad y los cristales.
Desde el equipo de gobierno señalaron que los botellones que se vienen organizando en el parque Juan XXIII durante las fiestas locales se realizan bajo control policial. En este caso, apuntaron fuentes municipales, los agentes «llevaron a cabo algunas identificaciones y se incautaron de bebidas y estupefacientes».
