La Torre de les Maçanes vivió ayer el día más celebrado de las fiestas de la Mare de Déu dels Fadrins, la tradicional «banyà». Miles de festeros y visitantes de localidades cercanas se dieron cita en el municipio y disfrutaron de un día pasado por agua.

Una hora antes de dar comienzo la fiesta, ya se podía ver a cientos de personas cargadas de todo tipo de recipientes con agua esperando con ganas a que se diese inicio a la tan esperada celebración.

A las 13 horas se dio el pistoletazo de salida con el chupinazo oficial. A partir de ese momento se empezaron a producir auténticas batallas para ver quien conseguía bañar en mayor medida al que pasaba por su lado. La avenida de Espanya se convirtió en un escenario perfecto para mojar y ser mojado.

Largas colas se formaban en las tres cubas, de unos 8.000 litros cada una, que abastecieron a todo el que pasaba a recoger agua. Cualquier tipo de cubo, pistolas de agua o globos servían como arma para empapar a todo el que se veía. Resultó imposible ver a alguien seco en toda la avenida.

Por si no fuera suficiente, los festeros se agolpaban bajo los balcones en busca de más agua. Desde arriba, no rechazaban la invitación y lanzaban cubos llenos.

Otra de las cosas que no faltaron fueron los disfraces. Se pudieron ver buzos, marineros, bailarinas, e incluso a Spiderman y Obelix que, cómo no, terminaron empapados. Tras una hora de remojones se puso punto y final a este espectáculo hasta el año que viene, aunque alguno se quedó con ganas de más.