Cerrado a cal y canto. Así fue el examen al que se sometió ayer el portavoz del grupo municipal y único concejal de Esquerra Unida en el Ayuntamiento de Sant Joan, César Vilar. Después de cuatro días de espera, el edil dio la cara ayer, pero sólo ante los miembros de la ejecutiva local de la formación, tras la repercusión que ha desencadenado la salida de tono del edil en Facebook del pasado fin de semana, cuando publicó que «usaría una ametralladora» contra David Bisbal. Vilar dio explicaciones ante sus compañeros de partido en la localidad. Sólo ante ellos.

No se toleró la asistencia a los vecinos del municipio, tampoco a los medios de comunicación. De hecho, este periódico intentó, sin éxito, acceder al recinto donde se celebró la tensa reunión y sólo se le permitió tomar una fotografía del encuentro desde la vía pública. Tampoco los cargos superiores del partido tuvieron noticias del desarrollo del debate. El nerviosismo iba calando entre las filas del partido a medida que avanzaba el tiempo sin que se comunicarán las novedades, ni siquiera de forma interna.

Sin embargo, el pacto de silencio no tuvo mucho éxito pues en la red Twitter se difundió que el portavoz comparecería hoy para pedir disculpas públicas a Bisbal, como así ha sido.

El pasado lunes la formación local se reunió de forma extraordinaria para tomar una decisión sobre Vilar, tras el impacto que causaron sus controvertidas palabras en la red social. La dimisión del edil, con 9 votos a favor y uno en contra, fue la conclusión a la que llegó la asamblea tras un acalorado debate. La ausencia del portavoz a la asamblea convocada de urgencia llevó a la agrupación a repetir el procedimiento, esta vez con Vilar presente durante el encuentro.

Proceso hermético

El hermetismo rodeó todo el proceso en el que se repitió la consulta sobre la salida de Vilar del grupo municipal. Pese a que, en un principio, estaba previsto que representantes de diferentes grupos locales de Esquerra Unida de toda la comarca formaran parte del debate, finalmente, sólo los miembros de la ejecutiva local de Sant Joan pudieron manifestarse.

Alrededor de una quincena de personas se congregaron en un pequeño local de la formación a las 19 horas. Allí, en un ambiente tenso, intercambiaron impresiones durante horas sobre la salida de tono que el concejal tuvo en las redes sociales, según relató a este medio el edil de EU en Mutxamel Salvador Miralles, quien estuvo presente unas horas en la asamblea aunque sin voz ni voto.

La mordaza la aplicó ayer uno de los partidos de izquierda que más aboga por la transparencia y la democracia interna. El grupo local votó durante la asamblea un pacto de silencio para que el resultado de este polémico desenlace no se haga público hasta hoy a las 12.00 horas.