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El Campello

El Consell de Cultura investiga la destrucción de un yacimiento ibero y exige responsabilidades

La institución que vela por el patrimonio valenciano considera que el objetivo de esta acción intencionada era evitar la declaración de Bien de Interés Cultural durante el próximo año

El Consell de Cultura investiga la destrucción de un yacimiento ibero y exige responsabilidades

Un antecedente «muy peligroso» que no puede quedar impune y por el que hay que depurar responsabilidades. El Consell Valencià de Cultura (CVC) ha abierto una investigación sobre la destrucción del yacimiento arqueológico de Aigües Baixes, en El Campello, lamentando lo sucedido y concluyendo que esta acción ha sido intencionada con el objetivo de evitar que este mismo año se declarara Bien de Interés Cultural (BIC).

Del mismo modo Compromís, formación que integra a Bloc e Iniciativa de El Campello, ha elevado a las Cortes Valencianas una Proposición No de Ley para reconstruir el enclave, una petición que ya ha manifestado ante la Conselleria de Cultura el grupo de arqueólogos que se encargó de excavar el pasado verano este yacimiento ibero. Se trata de los restos de un pequeño recinto militar fortificado que se remonta al siglo IV a. C., que fue documentado el pasado año con ortofoto y escaneado en 3D, por lo que sería posible reconstruirlo sin representar un elevado coste.

El informe que ha elaborado la Comisión de Legado Histórico y Artístico a petición del presidente del CVC, Santiago Grisolía, busca llegar en profundidad a lo ocurrido, un suceso que denunció el grupo de arqueólogos el pasado mes de marzo ante la Guardia Civil y el Ayuntamiento, tal y como ya adelantó este medio. De la investigación de la Benemérita no ha trascendido por el momento nada, aunque los agentes siguen en ello, según indicaron fuentes cercanas al caso.

El escrito refleja en sus conclusiones que «se cree que la destrucción intencionada del yacimiento buscaba evitar que fuera declarado BIC, lo cual era previsible que sucediera durante el presente año». Los arqueólogos realizaron su campaña de excavación entre el 15 y el 26 de julio de 2013 en una propiedad privada junto al Barranc d'Aigües, en la zona norte de El Campello, contando con la autorización de la Generalitat y del dueño de la parcela donde se ubica el enclave, que ya estaba inventariado en el Catálogo de Yacimientos Arqueológicos de la Conselleria de Cultura y en el Catálogo de Bienes Protegidos del Plan General (PGOU) de El Campello, aunque hasta el pasado verano no salió a la luz el gran valor que ocultaba el mismo.

El informe recalca que «el CVC no puede sino mostrar su apoyo al equipo de investigación y a las administraciones local y autonómica, para que este tipo de atentados contra el patrimonio histórico de los valencianos no queden impunes, a la vez de exigir responsabilidades a quién proceda, entre otras razones porque crean antecedentes muy peligrosos».

El Consell, que vela por la conservación del patrimonio cultural valenciano y asesora a la Generalitat, relata que este yacimiento se localizó en 2003 y «se trata de un pequeño recinto militar fortificado que albergaría una pequeña guarnición para vigilancia y defensa contra los piratas del siglo IV a.C. en el entorno de la Illeta dels Banyets, verdadero emporio de esta parte de la costa alicantina en la antigüedad. Aigües Baixes se presenta como una construcción cerrada y aislada sobre un promontorio de unos 40 metros de altura y a 80 metros de la línea actual de costa. La planta trapezoidal, de unos 350 metros, se halla dividida en tres departamentos no comunicados entre sí que son similares, incluso en sus equipamientos. El resto parece ser un espacio abierto que se utilizaba como patio de armas».

Se destaca que durante la excavación se hallaron tres ánforas ibéricas completas y que se cree que el edificio era ocupado por una pequeña guarnición que posiblemente controlara el tráfico marítimo de la casi totalidad de la costa central alicantina, desde el Cabo de las Huertas (Alicante) hasta la Serra Gelada (Benidorm).

Desmonte

En cuanto a su destrucción, el informe detalla que «en el yacimiento se ha llevado a cabo un desmonte con medios mecánicos -al parecer una pala excavadora- en toda su área. Se han arrasado todos los muros y las estructuras descubiertas en 2013, retirando la tierra que cubría la capa de geotextil dispuesta para proteger y señalizar los restos arqueológicos; se han encontrado abundantes restos de cerámica desplazados de su posición original, en toda la superficie alterada por el desmonte mecánico».

Agrega que «el equipo de investigación desea que la Conselleria les dé un permiso de excavación de salvamento y posteriormente poder reconstruir el yacimiento piedra por piedra cual se mostraba en su aspecto inicial, ya que en la campaña de 2013 documentaron todo el conjunto con ortofoto y 3D», aunque aún no ha habido comunicación oficial al respecto.

Hay que recordar que los dueños de la parcela aseguraron desconocer lo sucedido el pasado marzo, mientras que el Ayuntamiento ha suspendido cualquier tipo de actuación o licencia en la zona hasta que la Conselleria se pronuncie al respecto, según explicaron desde el equipo de gobierno municipal.

Además de Compromís, PSOE y EU también han lamentado esta agresión contra el patrimonio cultural, criticando la falta de implicación del Consistorio en la defensa de la gran riqueza arqueológica de este municipio costero.

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