El Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig ha puesto en marcha un Plan de Control de Vertidos para atajar el problema que genera el vertido de residuos tóxicos por parte de algunas empresas en el alcantarillado debido a que estos productos dañan tanto al medio ambiente, como a las personas y a la propia red de depuración. Técnicos de la empresa Proaguas Costablanca realizarán muestreos periódicos de las aguas residuales en una treintena de puntos del alcantarillado en los polígonos industriales del municipio para detectar si existen vertidos ilegales y de dónde proceden.

Hasta ahora el control de los vertidos de San Vicente se realizaban en la depuradora de Rincón de León, que es donde se tratan las aguas residuales de este municipio. Ahora se han comenzado a realizar controles dentro de la propia localidad ya que los municipios con más de 50.000 habitantes están obligados a desarrollar un plan de vigilancia de este tipo.

En San Vicente existen más de cuatrocientas empresas, la mayoría en el polígono Canastell, según los datos aportados ayer por el concejal de Medio Ambiente, Francisco Cerdá, quien recordó que «también en otras zonas como Torregroses y en las inmediaciones de la antigua cementera» hay marcantiles que «vierten sus aguas residuales a la red de alcantarillado y que deben contar por parte del Ayuntamiento con los controles que exige la legislación»

El edil explicó que «las plantas depuradoras están proyectadas para realizar el tratamiento de aguas residuales de origen doméstico mediante procesos fundamentalmente biológicos que son muy sensibles a los vertidos de procedencia industrial, a los tóxicos y a otros componentes, por lo que es necesario elaborar este Plan de Control de Vertidos que evite daños en la red de alcantarillado y permita una depuración adecuada de las aguas residuales».

Por este motivo, el citado plan «tiene entre sus principales objetivos evitar la corrosión, deterioro y obstrucción de la red de alcantarillado de San Vicente, prevenir cualquier riesgo para la salud de los operarios que trabajan en el alcantarillado o en la estación depuradora y corregir progresivamente la carga contaminante de los vertidos que llega a la red mediante la instalación de sistemas de depuración por parte de las empresas» Asimismo, también se contempla «aportar información sobre los sectores económicos implantados en el término municipal», según la información facilitada ayer por el Consistorio.

Procedimiento

A través de este plan los técnicos de Proaguas tomarán muestras periódicas en la red de saneamiento de las áreas industriales para llevarlas a analizar al laboratorio. De esta forma controlarán si se cumplen ciertos parámetros y los resultados obtenidos se remitirán al Ayuntamiento acompañados por recomendaciones.

Cerdá recordó ayer que «la ordenanza municipal recoge la prohibición realizar vertidos a la red de alcantarillado que puedan causar daños en las instalaciones o personas». También apuntó que «la mayor parte de las industrias de San Vicente del Raspeig que así lo requieren cuentan con sus propios sistemas de depuración de aguas residuales que evitan vertidos no autorizados». Entre las mercantiles con planta propia figuran algunas de las industrias más importantes de la localidad o las cárnicas.