Un negocio de cuatro patas. Al margen de la polémica que ha generado este verano, la playa para perros de El Campello se ha convertido en un importante atractivo turístico para la localidad, que ha visto aumentar de forma sensible el número de visitantes y el de comensales, que no pierden la oportunidad de degustar su rica cocina marinera.

Los hosteleros campelleros han detectado un incremento relevante en el número de clientes con perros que han acudido este año a disfrutar por ejemplo de sus arroces en las terrazas, un aumento que se agradece en estos tiempos de crisis. Tanto restauradores como bañistas con mascotas están encantados con la iniciativa, mientras que el otro lado están los residentes de la zona, que denuncian los problemas de salubridad de la playa por la presencia de centenares de animales y van a exigir en los tribunales su clausura.

Cristian Rome, presidente de la asociación Cuina Campellera que agrupa a una veintena de restaurantes, la mayoría en la playa del Carrerlamar, junto a la famosa playa canina, reconoce que la iniciativa municipal puesta en marcha este verano ha tenido un impacto muy positivo, ya que han constatado un incremento en los clientes que acuden con perros y que ellos mismos les reconocen que han ido a El Campello desde otros puntos de la provincia e incluso de zonas limítrofes a pasar el día, atraídos por la posibilidad de bañarse con su mascota en la cala Punta del Riu.

Rome señala que cuantificar en cuánto han aumentado los clientes por este motivo es muy difícil, pero señaló que ha sido «importante». Destacó que a los restauradores de El Campello les parece «una gran idea» el dotar al municipio de nuevos alicientes para atraer a más turistas, como esta playa con una zona acotada para perros, pionera en la Comunidad Valenciana.

Desde uno de los restaurantes que más cerca está de la cala, La Casa de Matías, señalan que «la idea de la cala para perros nos parece fenomenal. Hemos notado que ahora viene mucha gente con perros a comer y tomar algo. No hay problema porque se quedan en la terraza y estamos muy contentos».

Precisamente el pasado lunes en la terraza de este bar había dos turistas vitorianas a mediodía tomando café, acompañadas de su perro. Loli y Susana, madre e hija, están veraneando en Benidorm, fueron a pasar el día a la Punta del Riu, y tenían previsto comer en algún restaurante de la zona. Explicaron que «en junio, cuando mi otra hija se enteró de que habían abierto esta playa para perros, ya vinimos, y hemos vuelto pero a pasar todo el día porque nos gustó mucho. Está lejos de Benidorm y por eso nos quedamos a comer por aquí, en alguna terraza del paseo. En Benidorm no tenemos dónde bañarnos con nuestras mascotas y nos parece genial esta iniciativa». En cuanto a la polémica con los vecinos, señalaron que «los animales son muy limpios, el problema son las personas. Por ejemplo en Benidorm las calles están muy sucias y no es por culpa de los perros, sino de sus dueños. Nuestro perro es como de la familia, hasta duerme con nosotros».

José Luis y Lourdes también están veraneando en Benidorm, donde disfrutan del sol que muchas veces se les resiste en Oviedo. El pasado lunes acudían por quinta vez a la playa para perros con una mascota pese a los 36 kilómetros que separán la capital de la Costa Blanca de El Campello. «Ya que estamos aquí nos quedamos a comer en algún restaurante de la zona. La idea de la cala para canes nos parece fenomenal», destacaron.

Por su parte Pamela y George residen en Madrid, veranean en Calp y también han visitado tres veces la cala, comiendo en el Carrerlamar. Es más, preguntan si se va a mantener el permiso, ya que de ser así su intención es el próximo año veranear en El Campello con sus dos perros.

Oposición

El Consistorio ha justificado esta iniciativa en que supone un atractivo turístico, revitaliza la economía de la zona y existen otras playas que no son para perros. En cambio los residentes, que se han agrupado en una plataforma que representa a ocho urbanizaciones, denuncian que el valor de sus casas se ha desplomado por la zona de baño para canes, que desde primera hora hay ya perros en la playa haciendo ruido, que supone un problema de salubridad y genera problemas de orden público y situaciones peligrosas, ya que afirman que los perros potencialmente peligrosos van sin correa ni bozal. Además, denuncian que la zona de la playa más accesible para personas con movilidad reducida ha quedado «reservada» para los animales.