Los conflictos entre vecinos y usuarios de la playa de la Punta del Riu que acuden con perros no cesan. Pese a que el Ayuntamiento de El Campello ha acotado una zona para el baño de los canes con boyas, ha instalado dos vallas de madera, dos papeleras y algún cartel, los enfrentamientos siguen, en parte debido a la deficiente señalización.

La cala ha quedado en su parte izquierda, la más cercana a la desembocadura, para el baño de canes y personas, la parte central es una zona «de nadie y de todos» y a la derecha, donde empieza el paseo marítimo de las urbanizaciones, queda prohibido el paso de perros, pero las indicaciones son completamente insuficientes y sólo provocan más discusiones entre residentes y los dueños de los animales.

Desde la plataforma creada por los vecinos de seis urbanizaciones de la zona que suman 1.800 residentes denunciaron ayer que la presencia policial en la zona es testimonial y que apenas acuden a sus reclamaciones, sin que los agentes intervengan en casos en los que hay por ejemplo animales catalogados como peligrosos en el arenal sin bozal ni correa.

En la cala desde luego no se habla de otra cosa. Se forman corrillos de un «bando»y otro, y predominan los reproches por el comportamiento y las formas de ambas partes. Los vecinos dicen que en la mañana del domingo se reunieron en la playa en un momento dado hasta 200 perros, lo que desbordó la conflictividad y discusiones. Varios residentes mayores lamentaban ayer que la parte supuestamente destinada para los canes es la que más fácil acceso y llana, y en cambio a los usuarios sin perros les queda la zona más abrupta y peligrosa.

Ayer a mediodía, había un sólo perro en la zona acotada con boyas para los animales. En la parte central se concentraban hasta 20 perros y en la que queda prohibida para los canes sólo había uno que rápidamente «fue expulsado». Pero en el fin de semana los residentes aseguran que «la cosa se desmadra y al final va a pasar algo».

De cualquier forma los vecinos afirman que mejorar la separación no es la solución y lo que debe hacer el Consistorio es revocar el permiso para el baño de animales. Además, destacan que a la cala van hasta caballos y pavos, ya que la playa está autorizada no sólo para perros sino para animales en general.

Mientras, los usuarios que llevan a sus perros señalan que la mayoría son respetuosos con los demás, pero lamentan la mala señalización y también que los ánimos de los residentes están muy encrespados. Hay mucha tensión en un lugar que debería ser para descansar y desconectar.

Desde el Consistorio señalaron ayer que han reforzado la vigilancia policial y la limpieza, y que se va a mejorar la señalización de la zona de baño autorizada para perros, aunque insistieron en que lo principal es la educación y buena convivencia en la playa.