Sentado en su silla de ruedas, frente a una antigua máquina de escribir, de las Olivetti que ya no se fabrican, en la que reescribe composiciones musicales antiguas, y rodeado de melodías que salen de todos lados, de la radio, de sus partituras e incluso del tema de conversación. Es precisamente la música lo que mantiene vivo a Vicente Planelles, a sus 52 años padece una esclerosis múltiple crónica. Se trata de una dolencia degenerativa que le va deteriorando el sistema nervioso central y que le mantiene impedido en una silla de ruedas. Vicente es una de las 89 personas que reciben el Servicio de Atención a Domicilio que presta la Concejalía de Bienestar Social. Este año las 15 personas que estaban en lista de espera han podido acceder a estos cuidados, ya que el Consistorio ha incrementado en 100.000 euros el presupuesto destinado al servicio, 308.000 en total.

La enfermedad se la diagnosticaron a Vicente en 2006 y sólo unos meses más tarde comenzó a recibir esta ayuda. Cinco días a la semana su cuidadora Nuria le visita para ayudarle en su aseo personal, le hace la comida, limpia la casa, le ayuda con sus medicinas y, si hace falta, sale al supermercado a comprar. Lo que comenzó como una atención más reducida en horas se fue ampliando conforme la enfermedad iba ganando terreno, ahora Vicente recibe cuidados diez horas y media a la semana.

Aunque sólo tiene fuerza en sus brazos, lejos de encerrarse en su dolencia ha decidido plantarle cara y disfrutar todo aquello que puede hacer con las ganas que este hombre le pone a la vida.

"He pasado de ser un inútil completo a poder vivir", cuenta emocionado Vicente mientras la auxiliar le afeita. Además de este servicio municipal, Vicente recibe una pensión de la Seguridad Social por «incapacidad permanente absoluta», con este dinero va tirando. Hasta que le diagnosticaron la enfermedad trabajaba como peón de obra, empleo que tuvo que dejar de inmediato. Cuando está aseado, Nuria se pone con la comida que deja hecha para mediodía. "Nos llevamos muy bien. Él ha tenido otras cuidadoras, yo le conozco hace seis meses y desde el primer día Vicente se hace querer. Todo lo que le cocino le gusta, nunca se queja", cuenta Nuria.

Esta auxiliar lleva siete años dedicada a la atención a domicilio. Como ella, en total trabajan prestando este servicio 13 auxiliares. Son tres más que el año pasado, gracias a la ampliación que se ha hecho en la partida. Nuria explica que ha visto de todo, aunque todas las personas a las que cuida tienen en común que son "muy agradecidas". "Es un trabajo duro, pero llegas a casa sabiendo que has hecho algo bueno, eso reconforta", asegura. Mientras, Vicente sigue hablando de su música. Es un miembro destacado de la Sociedad Musical La Paz de Sant Joan. Dice que le da vida y no falta a los ensayos ni un solo día. "Empecé en el año 73 con el maestro Climent. Siempre me he dedicado a la percusión, aunque ahora las manos no las sincronizo bien y sólo soy capaz de tocar el bombo. La música es mi pasión y desde que caí enfermo me ha ayudado mucho", cuenta Vicente entre risas mientras recuerda una anécdota con los chavales más jóvenes de la banda con los que tiene una relación muy cercana.

Las relaciones sociales y la familia son muy importantes en estos casos. Así lo explica el coordinador de los servicios sociales del municipio, Antonio Llorens. "Para asignar la ayuda estudiamos la situación personal y económica de cada persona, pero el servicio nunca es sustitutivo de la familia. Ellos necesitan apoyos externos", asegura.