Las primeras cuentas desde 2010. El pleno de El Campello aprobó ayer los presupuestos para 2013 gracias a la abstención de la edil de Decido, Marita Carratalá, que permitió al equipo de gobierno del PP sacar adelante su propuesta con el voto de calidad del primer edil Juanjo Berenguer. De esta forma Carratalá, exalcaldesa del PSOE, se desmarcó del resto de su bancada tras meses en los que la oposición se mostró unida votando en bloque y dejando en evidencia la minoría con la que gobierna el PP.

La edil de Decido, pese a mostrarse crítica con los populares, optó por darles un "voto de confianza". De no haber logrado este respaldo, lo que sobrevolaba sobre el equipo de gobierno era la posibilidad de vincular la aprobación de las cuentas a una cuestión de confianza: presupuestos u otro alcalde. Carratalá lo evitó, eso sí insinuando que lo hacía porque el resto de la oposición no estaba por la labor de tomar los riendas de la Alcaldía.

Los principales reproches del resto de partidos al PP fueron la falta de concreción en sus proyectos para acometer inversiones, y que de no cambiar el gobierno central la Ley los principales beneficiarios del extraordinario superávit obtenido en 2012, más de ocho millones, serán los bancos y no los ciudadanos, pese a la gran presión fiscal actual con el IBI como martillo pilón.

Berenguer agradeció el apoyo de Carratalá y aseguró que "no fallaremos a ese voto de confianza". Explicó que las cuentas ascienden a 25 millones, más de dos millones menos que en 2010. Desde entonces el Ayuntamiento permanecía con aquellas cuentas prorrogadas, con el consecuente bloqueo de la principal herramienta municipal para desarrollar sus políticas. El alcalde destacó la bajada en los gastos de personal del 15%, unos dos millones, además de que se aumentan las dotaciones para playas o ayudas a domicilio. En cuanto a inversiones, hay más de 500.000 euros a los que hay que sumar al menos 600.000 más del remanente del pasado año, al margen del resto del superávit, que de cambiar la ley tal y como se ha anunciado desde Madrid permitiría ampliar esta partida de forma considerable. De no modificar la Ley Rajoy, la deuda municipal quedará a cero. Y también agradeció las aportaciones realizadas por el resto de partidos.

Por su parte, Carratalá se salió del discurso de la oposición. Pese a decir que el alcalde "no ha hecho una buena gestión si el dinero público que el pueblo necesita va a parar a los bancos", que "ha hecho lo mínimo" y que no aceptó sus enmiendas, dio su "voto de confianza", exigiendo a continuación al primer edil que se comprometiera a dar una ayuda a los vecinos de la Zona Norte en su lucha judicial contra el vertedero, en un tema en el que Berenguer está imputado aunque por un asunto tangencial. Berenguer no se mojó e instó a Carratalá a presentar esta petición, recordándole que se ha de seguir la legalidad con las subvenciones.

El portavoz del PSOE, Pepe Varó, lamentó la herencia del PP, con dos años sin cuentas, el vertedero, la piscina sin terminar... Criticó que las concejalías no tienen proyectos y que va a ser "más de lo mismo, improvisando sobre la marcha" y la rebaja de ayudas asistenciales a los funcionarios, aunque el alcalde aseguró que se darán todas con modificaciones de crédito. E insistió en que "no nos gustan los presupuestos a pesar de la necesidad de regularizar esta situación".

La edil de EU Raquel Pérez justificó su rechazo en "los recortes a los trabajadores, el aumento de privatización de los servicios municipales y nula inversión en fomento del empleo, que haya más dinero para Fiestas que para Educación y Servicios Sociales y en la falta de participación ciudadana". El portavoz del Bloc, Benjamí Soler, lamentó que las cuentas se hayan hecho en función de los gastos y no de los ingresos, y denunció que al margen de los dos Plan-E, no se ha hecho nada y que pese a que los números del presupuesto son "aceptables", no se traduce en la "herramienta básica" que debe ser para el Ayuntamiento y faltan inversiones. La concejal de Iniciativa, Noemí Soto, denunció la falta de transparencia y que el dinero público debe ser para mejorar la vida a los ciudadanos, y no la de los bancos, y que hay que bajar el IBI.