Si sigue así, dentro de poco su nombre será una anécdota. La cala de Les Palmeretes está perdiendo en los últimos años su identidad. De nueve palmeras con que contaba hace una década este pequeño arenal de la zona norte de El Campello, ahora quedan cinco, aunque una está muy afectada por el picudo rojo. Vecinos denuncian el abandono de esta privilegiada zona del municipio, casi en la linde con La Vila Joiosa, poniendo de ejemplo el deterioro de esta cala.

En 2009 aún había ocho palmeras, como se puede apreciar en una de las imágenes que ilustran esta noticia, pero ahora la fotografía es muy distinta. Sin duda la terrible plaga del picudo rojo ha tenido que ver en los últimos años con estas pérdidas, aunque desde el Ayuntamiento señalan que las palmeras en suelo público que se han tenido que talar por este insecto en el municipio han sido escasísimas, pese a haber más de 1.300, gracias a su mantenimiento, destacando que donde ha hecho más daño es en las fincas particulares. El edil de Servicios, Alejandro Collado, lamenta que los dueños de esas parcelas no hayan combatido debidamente esta plaga, facilitando así su propagación.

Se espera que la palmera afectada pueda salir adelante. El último ejemplar que ha perdido esta zona fue debido a las fuertes rachas de viento, que lo derribaron recientemente.

Deterioro

Gregorio, un madrileño que tiene su segunda residencia en esta zona, lamenta el estado de abandono por parte del Consistorio "de unos de los rincones más bonitos del término municipal", calificando de "casi delito medioambiental" lo que ha pasado en esta cala, "que ha perdido la mitad de sus palmeras por el picudo, y pronto perderá el resto".

Este residente también denuncia que el Ayuntamiento "autorizó unas obras de bombeo de aguas residuales en 2010 que destrozaron aceras y bordillos, nunca repuestos", y que "se vertieron escombros en el fondo de la playa, que allanaron y apisonaron. Debajo hay arena y ahora los escombros van poco a poco ganando la orilla, y convirtiendo la cala en un pedregal". También recuerda que "se habilitó una bajada para vehículos hasta la desaparecida arena, que ahora se utiliza constantemente para "acampar" con el vehículo junto al mar. No hay cadena ni nada que lo impida". Por último, lamenta que no se enciende "jamás" por la noche la farola de la cala, por lo que "la oscuridad es total y peligrosa".

Según recoge la web municipal, esta playa es "una pequeña cala natural de piedras y grava con aguas cristalinas. Cala perfecta para el baño, el buceo y/o la pesca y al ser una cala poco transitada tiene mucha intimidad. Conocida con ese nombre debido a las palmeras que encontramos a la entrada de dicha cala". De momento conocida por las cuatro palmeras y media que quedan en la zona.