El comité de empresa de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) ha advertido de que los plazos legales para la adjudicación de la línea 2 impedirán que el tranvía entre el centro de Alicante y San Vicente del Raspeig y en el que se han invertido más de cien millones de euros pueda empezar a funcionar antes de que acabe el año. Los trabajadores alertan, además, de que cuanto más tarde en explotarse esta infraestructura más elevado será el coste, puesto que ya se está deteriorando por actos como el robo de catenaria ocurrido esta misma semana.

El próximo mes de marzo se cumplirán dos años desde que se acabó de construir la línea 2, que desde entonces permanece en desuso y sólo se utilizó en periodo preelectoral, cuando se realizaron dos trayectos de inauguración con políticos del PP a bordo.

Mientras la Conselleria de Infraestructuras sigue sin aclarar cuándo ni cómo funcionará, en las cocheras de El Campello siguen almacenados catorce convoyes destinados a este servicio tranviario.

Fuentes del comité de empresa explican que el proceso para ceder la explotación a una firma privada requiere "la publicación de un nuevo pliego de condiciones, su tramitación legal, la posterior adjudicación a una empresa, la toma de contacto de la mercantil con la infraestructura, nuevas pruebas de funcionamiento, reparar los daños por vandalismo y la reposición de distintas piezas deterioradas por falta de uso, así como la formación del nuevo personal de conducción". Todos estos requisitos imposibilitan que la línea 2 pueda empezar a funcionar durante el año 2013 y "la paciencia solicitada a los ciudadanos tiene un límite" apuntan desde el citado colectivo de empleados.

Mantenimiento más barato

Además, el comité sostiene que la explotación pública de la línea 2 también ahorraría "más de 2,2 millones de euros anuales en gastos de explotación" puesto que "FGV cuenta en Alicante con una estructura consolidada y puede realizar el mantenimiento a un menor coste". El informe que la plantilla entregó a la Conselleria sostiene que la línea obtendría beneficios desde el primer año de explotación y que a partir de 2016 alcanzarían los 1,3 millones anuales. A ello hay que añadir la rentabilidad social puesto que este servicio de transporte conectará el centro de Alicante y La Goteta con zonas tan pobladas como el Pla, el Hospital General, barrios de la zona Norte, la Universidad y San Vicente.

Mientras, la dirección de FGV contempla reducir los servicios de trenes en otras líneas del TRAM durante los periodos festivos y en verano a pesar de que los meses estivales son los de mayor afluencia de viajeros. El comité pide explicaciones a los responsables de la Conselleria porque "a la vista de la evolución creciente de viajeros desde el año 2009 al 2012, no se sustenta la reducción de servicios planteada".

En este periodo se ha pasado de 4,7 a 6 millones de usuarios al año. Aunque en el último trimestre de 2012 se ha registrado un descenso del 14% el comité atribuye este dato a los paros realizados en ese periodo como protesta laboral por el Expediente de Regulación de Empleo previsto en la empresa.

Con este panorama, los trabajadores sólo entenderían la reducción de servicios en verano "si la Conselleria hubiera asignado a FGV la explotación de la línea 2". Hace ya un mes y medio que el comité planteó su alternativa de explotación pública y exige ya a la consellera "que se deje de dilaciones que tantos perjuicios están causando y permita a los trabajadores de FGV poner en funcionamiento la línea 2, aunque sea de forma provisional mientras resuelven el dilema del concurso".