Decenas y decenas de personas se acercaron ayer al barrio Bonny, en El Campello, para dar la despedida al empresario Nicasio Juan Brotóns, director durante casi medio siglo de la mayor productora de tomate de España, Bonnysa. En una emotiva despedida, se recordó su figura, su legado y "la gran persona que era". Fueron tantos los amigos, familiares, trabajadores y autoridades públicas de toda la provincia los que quisieron despedirse de Brotóns, que la ermita del colegio se vio totalmente desbordaba momentos antes de iniciarse el sepelio. Innumerables ramos de flores bloqueaban los angostos pasillos de la ermita que erigió la fundación Antonio Bonny y Sebastiana Manrique de Lara (creadores de Bonnysa).

Al óbito asistió también la consellera de Agricultura y Alimentación, Maritina Hernández, y el expresidente de la Diputación Provincial de Alicante, José Joaquín Ripoll, quien lo definió como "el alma de Bonny" y destacó de él su "gran obra económica y benéfica", además de "una auténtica cultura del trabajo, creando un barrio, un colegio y una ermita, porque para él la empresa fue su familia hasta el final".

También le dedicó unas palabras el alcalde de Busot -municipio del que era natural-, Alejandro Morant, quien explicó que le unía una fuerte amistad personal con Brotóns. Morant declaró que fue pionero en su sector y que "muchos busoteros salieron adelante gracias a él. Además, su pueblo siempre fue lo primero para Nicasio, y deja un legado muy importante, inolvidable...".

Por su parte, el alcalde de El Campello (donde se encuentra la fundación, el colegio, la ermita y el barrio que construyó para sus trabajadores), Juanjo Berenguer definió al empresario como "una institución", además de un referente profesional, por su contribución al desarrollo agroalimentario, y personal, "por ser el creador de un núcleo urbano en nuestro municipio. Sencillamente, admirable".