Un apoyo a la propuesta de una universidad privada e internacional, ni más ni menos. Así definió el alcalde de El Campello, Juanjo Berenguer, el convenio marco entre el Ayuntamiento y la empresa Avance Estudios Superiores S.A. (AESSA), impulsora de la Universidad Internacional Mare Nostrum (UNIM) que pretende instalarse en el municipio. Este acuerdo, que no recoge la ubicación del centro de estudios ni los grados que ofrecerá, salió adelante ayer en el pleno municipal con el apoyo del PP, a excepción de la concejal Lorena Baeza, el PSOE y Bloc, este último se abstuvo en la comisión informativa. Decido, EU e Iniciativa rechazaron la moción del equipo de gobierno.

Por partes. Tanto el PSOE como el Bloc brindaron su respaldo porque, según afirmaron sus portavoces, la creación de esta universidad supone una gran oportunidad para el pueblo, tanto a nivel económico como cultural. Sin embargo, el líder socialista, José Varó, así como el portavoz del Bloc, Benjamín Soler, aseguraron que una vez se presente el proyecto en firme velarán para que cumpla la legislación correspondiente.

Por su parte, la concejala de Playas, Lorena Baeza, adujo a un conflicto de intereses el hecho de abstenerse en la votación, ya que su familia es propietaria de parte de los terrenos donde se ubicará hipotéticamente la futura universidad, un dato que no se ha dado a conocer públicamente por parte del Consitorio.

El momento más tenso de la sesión llegó, como no podía ser de otra manera, con la intervención de la portavoz de Decido, Marita Carratalá, quien un día antes advirtió de posibles intereses urbanísticos en la operación. Carratalá reiteró sus dudas sobre el proyecto, criticó las informaciones contradictorias por parte de Berenguer y exigió que se retirara del orden del día el convenio marco que se votaba, porque, según afirmó "no existe ninguna universidad, sino una excusa para que unos terrenos muy concretos pasen de ser suelo urbanizable a ser declarados de interés público".

Tras un cruce de declaraciones, donde la líder de Decido llegó a llamar mentiroso al alcalde -una afirmación que rectificó minutos después-, Berenguer volvió a reiterar, como lo había hecho un día antes también, que el convenio no representaba más que una mera declaración de intenciones. "La empresa está interesada en impulsar la universidad, nos piden que digamos si apoyamos o no el proyecto y luego será la Conselleria de Educación la que dé el visto bueno a la iniciativa y, partir de ahí, hablaremos", sentenció.