De madera, completamente ecológica y autoeficiente, y encima más barata y rápida de construir que las casas convencionales. Un matrimonio belga aguarda a que en cuestión de días finalicen las obras de su nueva vivienda, enclavada a los pies de Cabeçó d'Or, en Aigües. Se trata de una parcela rústica ubicada en una zona protegida y adonde no llega el suministro eléctrico ni el abastecimiento de agua ni la red de alcantarillado. Por este especial emplazamiento y su uso de la energía solar, por su tamaño -255 m2-, por su construcción sin grúas -todo "a mano"- y por su nula producción de desechos -únicamente serrín-, se trata de la primera casa de este tipo que se construye en la Comunidad, según explica el director de la empresa constructora y arquitecto del proyecto, Vicente Buyo, de Modular Projects.

Su precio, 215.000 euros; su plazo de ejecución, 45 días. Una construcción convencional con materiales de primera categoría como la de Aigües costaría un 40% más y tardaría cinco veces más en levantarse, según apunta Buyo. La vivienda se integra así completamente en su privilegiado entorno natural. La parcela, de 26.000 m2 de suelo rústico y protegido, ha hecho que la vivienda se adapte a la zona. Toda está hecha de madera y salvo la cimentación, no hay nada de hormigón ni cemento ni ladrillos, según destaca su arquitecto técnico, Alejandro Moragón.

Desde la empresa constructora señalan que es la primera vivienda de toda la Comunidad "de construcción ecológica y autoeficiente 100%. El 100% de la electricidad es de producción solar; el agua caliente sanitaria es 100% de producción solar; el abastecimiento de agua potable es a través de pozo natural; la vivienda está provista de un aljibe para recuperación de agua de lluvia, y una fosa séptica con separación de grasas para la reutilización del agua sucia. Todo esto sumado a un novedoso sistema constructivo y a una distribución con estancias con doble orientación para permitir las ventilaciones cruzadas, evitando así la necesidad de refrigeración, la convierten en una casa pionera en materia de bioconstrucción".

Precisamente la rapidez con la que se construye es la clave de que sea más económica -aunque se trata de una cifra muy importante- que las de construcción tradicional de igual calidad. Debido a la ligereza de la madera, se ahorran costos energéticos en los procesos de transporte y elaboración, y también hay que tener en cuenta el ahorro en cimentación por el menor peso propio de la estructura, y el ahorro en tiempo y en mano de obra -sólo tres obreros, un electricista y un fontanero- debido a la rapidez de construcción.

Evelyne y Jean son los dueños de la futura vivienda. Llevan más de 10 años en Aigües y tras cerrar la venta de su anterior residencia se embarcaron en una aventura que les apasiona. Jean es carpintero y explica que en Bélgica este tipo de construcciones está mucho más extendida. A finales de diciembre contrataron los servicios de esta empresa para construir la casa de sus sueños, de forma rápida, ecológica y sostenible. Las obras empezaron hace 30 días y esperan poder mudarse allí a finales de mayo, una vez amueblada.

Turismo rural

Su intención es poder desarrollar allí un "glamping", un camping con tiendas de campaña de lujo y fomentar el turismo rural y de aventuras, aunque están pendientes de la licencia municipal para esta actividad. Jean explica que "me encanta esta zona y queremos atraer al interior a los extranjeros para que conozcan una España diferente a la de la playa, para que disfruten de la montaña, que me encanta". Por su parte Evelyne destaca que que "ya hemos llevado una casa rural en Aigües y ahora queremos desarrollar un turismo activo con tiendas de campaña como las de los safaris".

Y todo ello lo harán desde su casa de 255 m2 de construcción, repartidos en cuatro dormitorios dobles con baño incluido, salón comedor de 40 m2 y una gran cocina. Todo autoeficiente y respetuoso con el medio ambiente en Cabeçó d'Or. La vivienda del futuro.